El miércoles 26 de noviembre, la hasta ahora ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, presentó formalmente su dimisión. El nuevo (o nueva) titular del Departamento, que como tal preside también el Consejo de Protectorado de la ONCE, se convierte así en inédito interlocutor principal de nuestra Organización; que -por su parte- se abre a una renovada etapa con sus elecciones internas del día 4 de este mes de diciembre. Coincide, pues, el relevo gubernamental con un nuevo ciclo en la entidad que ha de abordar una serie de retos en los que la cooperación con el Gobierno resulta trascendental. El establecimiento legal del “asistente personal” en materia de dependencia; la materialización, en nuestra estructura legal, de los postulados que emanan de la Convención de la ONU sobre derechos de las personas con discapacidad (ratificada por nuestro país pero apenas materializada en la legislación); la intervención concreta en materia de accesibilidad (urbanística, en transporte y vivienda, en los centros públicos y privados y muy especialmente respecto a las nuevas tecnologías)...

Muchos son los asuntos pendientes que el Gobierno puede y debe acometer junto a las organizaciones representativas de la discapacidad, incluida la ONCE y su Fundación. Así como en el apoyo a la economía social que, a través de las entidades agrupadas en el Tercer Sector, ha sido la única capaz de presentar en los últimos años estadísticas positivas en un tema tan trascendental como el del empleo en nuestro país.

Y, junto a ellos, el titular de Servicios Sociales -desde su condición tutelar- habrá de afrontar otros retos que atañen más específicamente a nuestra Organización. En materia de juego, una intervención efectiva frente a las loterías ilegales y las condiciones de “alegalidad” en que se mueven en muchos casos las modalidades online; o el respaldo definitivo a iniciativas de juego (fundamental fuente de financiación de nuestra actividad social) que, como el Sorteo de Navidad de nuestro cupón, resulta injustificable no estabilizar de una vez por todas... También respecto a los servicios sociales, con el refuerzo de la cooperación en inclusión laboral y educativa, muy especialmente frente a los riesgos que está conllevando una transformación tecnológica de la escuela que a menudo ignora las necesidades de muchos de nuestros niños y niñas afiliados... En fin, numerosos y grandes temas en los que el nuevo titular del Ministerio seguirá encontrando en la también renovada estructura institucional de la ONCE un interlocutor sincero, abierto y proactivo.