“Para ser voluntario en la ONCE sólo hay que tener ganas”
Más de 2.000 personas forman parte del cuerpo de voluntarios de la ONCE que atiende a unos 2.300 afiliados
El pasado 5 de diciembre se celebró en todo el mundo el Día Internacional del Voluntariado, una jornada conmemorativa instituida por Naciones Unidas en el objetivo de favorecer que agencias gubernamentales, organizaciones sin ánimo de lucro, grupos comunitarios e incluso el sector privado se acerquen y comiencen a trabajar junto a las organizaciones de voluntarios para alcanzar metas comunes.
La ONCE ha querido aprovechar la jornada para agradecer su tarea a las casi 2.100 personas que participan desde hace cerca de 15 años en su proyecto de Voluntariado. En 2001 ONCE se constituyó formalmente como entidad de voluntariado, aunque antes ya colaboraba activamente con Cruz Roja y otras organizaciones para cubrir necesidades puntuales de sus afiliados. Hoy, el desarrollo de este servicio de voluntariado se estructura en cinco programas a los que se puede incorporar cualquier persona que quiera realizar esta labor altruista cooperando con afiliados en materia de acompañamiento, acceso a la información, práctica deportiva, actividades cultural-recreativas o en el programa de experiencia profesional. Aunque existe demanda para cosas tan simples como leer un libro, un periódico o ir de compras, el servicio más solicitado de siempre por los afiliados (con cerca de un 80% de las peticiones) es el de acompañamiento para consultas médicas, gestiones administrativas, visitas a familiares o paseos por su entorno, según explica Virginia Castellano, directora técnica de Servicios Sociales para Afiliados y coordinadora del Voluntariado. “Para ser voluntario en la ONCE -explica- no se requiere ningún perfil especial, sólo hay que tener ganas de ayudar”, por lo que sin dudarlo anima a todo el mundo a participar en este servicio (archivo mp3).
La ONCE renovó en abril pasado la normativa que regula esta atención y ha abierto también a los propios trabajadores de la entidad la posibilidad de apuntarse a esta tarea de voluntariado, siempre fuera de su horario laboral y realizando funciones distintas a las que profesionalmente llevan a cabo en la ONCE. Dentro del programa de acompañamiento, otra de las novedades es la nueva fórmula de atención o apoyo telefónico, que facilita que las propias personas afiliadas que lo deseen puedan cooperar como voluntarios, según destaca la propia Virginia Castellano (archivo mp3).
Más de 36.000 servicios
En los 10 primeros meses de 2014, la labor desinterasada de los 2.072 voluntarios que cada día colaboran con la ONCE hizo posibles más de 36.600 servicios de atención para 2.378 afiliados usuarios de los distintos programas de voluntariado. El programa, además, aumenta su peso cada año tanto en número de servicios prestados como de afiliados que lo demandan.
En muchos casos, esta convivencia lleva a que se estrechen los lazos entre afiliados y voluntarios hasta convertirse en una hermosa amistad. Es el caso de Carmen Arroita y Conchi Calderón, en Bilbao. Carmen, jubilada de 71 años y voluntaria desde 2012, ve en Conchi -afirma- un ejemplo de vida y de superación personal. Su labor es acompañarla, sobre todo a visitar a su madre cada martes a una residencia (archivo MP3). Por su parte, Conchi, recientemente operada de la garganta, asegura que ha encontrado en Carmen a una auténtica amiga (archivo MP3).
Y de Vizcaya, nos vamos a Murcia. Allí otra pareja, en este caso de afiliada y voluntario, han establecido otro bonito vínculo de amistad. Jósé Carrasco, de 57 años y voluntario de la ONCE desde hace cuatro, nos comenta la satisfacción personal que le proporciona su labor (archivo MP3). Ha efectuado acompañamientos tanto a personas mayores como jóvenes y participado también junto a grupos de mayores en los turnos de vacaciones sociales de la ONCE. Periódicamente visita además a usuarios de tres residencias de la región. Es diplomado en Educación Social y miembro a la vez de otras entidades de voluntariado como Proyecto Hombre o el Teléfono de la Esperanza. De Rocío González, afiliada a la que acompaña regularmente a hacer alguna compra o a resolver sus gestiones en el INEM, pues está en paro, asegura que “es una bellísima persona y un ejemplo a seguir” (archivo MP3). Halago que la propia Rocío le devuelve, agradeciéndole infinitamente su ayuda y la de todos los voluntarios para resolver muchas cosas en su vida diaria (archivo MP3).
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