Daniel Stix: "Mi equipo es el CD ILUNION"
El benjamín de nuestra escuadra de baloncesto en silla es un deportista polifacético, protagonista de un anuncio en TV y autor de un libro autobiográfico
Luchador nato en la vida y en la cancha. Es el benjamín del CD ILUNION y, con 17 años, fue el jugador de baloncesto en silla de ruedas más joven en ganar la Champions Cup (en 2014). Daniel Stix, cariñosamente apodado ‘el enano’ por sus compañeros de equipo -la media de edad ronda la treintena-, ya sueña con su más que probable participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, con la selección española de baloncesto en silla (formato MP3). La constancia y perseverancia no le son ajenas, pues marcan la pauta vital de este deportista madrileño que, pese a su juventud, ya ha narrado su corta pero intensa peripecia en el libro autobiográfico ‘Con ruedas y a lo loco’ (Ed. Espasa-Calpe).
“Cuando me sacaron del vientre de mi madre vieron que no movía las piernas y que tenía un bulto en la espalda... Con ocho días de vida ya estaba con la ‘quimio’ y me daban un 20% de probabilidades de sobrevivir...”. Así relata Daniel su difícil nacimiento que vivieron y le han transmitido sus padres. “Fui una sorpresa en toda regla; mi padre dice que, al ver la cara blanca del médico, ya pensó: ¡aquí pasa algo!” (formato MP3). El diagnóstico (cáncer) y el duro tratamiento a seguir se cobraron un riñón y la permanente inmovilidad de sus piernas pero no le robaron la sonrisa ni el afán de superación. “Es una circunstancia que me tocó, y hay que llevarlo lo mejor posible”, afirma sin amargura y con pleno convencimiento de que, “gracias a mi familia y a toda la gente que está a mi alrededor, he salido adelante. Ellos son quienes de verdad han sufrido”.
Optimista, dicharachero, bien parecido (rubio y con los ojos azules), Daniel no para de reír mientras bromea sobre su presente, su futuro, las novias... “Ahora mismo, no hay ninguna chica en mi vida; y tampoco soy muy enamoradizo”, nos confiesa con cierta timidez en su tono el también protagonista del popular anuncio televisivo de Cola Cao que multiplicó su fama y le convirtió en un rostro conocido. Y enseguida matiza con energía: “pero yo no desatiendo lo mío, ¿eh? ¡Hay tiempo para todo!”, asegura entre risas. De hecho ahora está volcado en su entrenamiento con el equipo del CD ILUNION y en sus clases en el Instituto. Cursa 2º de Bachillerato y su proyecto universitario pasa por cursar Bioquímica cuando llegue el momento, porque “una combinación de ambas materias -biología y química- me parece perfecto”, apostilla.
La felicidad ilumina de nuevo su rostro al referirse a su pasión por el deporte y a cómo lo practica sin límites, con sus adaptaciones, y sin la barrera mental “que supone para otros”, dice, el hecho de tener una discapacidad... ¿Quién dijo miedo? El intrépido deportista, amante del esquí, que ha practicado piragüismo, ciclismo, tenis, kitesurf... ya apuntaba maneras con tan solo dos añitos. “Mi madre decía: este niño necesita estar activo, moverse... Llamó a la ONCE y a distintas fundaciones para buscar asesoramiento y ayuda: ‘mi hijo está en silla y quiere hacer deporte...’. Así comenzó mi amor por practicarlo”, rememora. El carácter rehabilitador de la natación fue el primer consejo que Daniel acató, “por obligación -puntualiza-, pues el médico me lo había recomendado para la espalda”. Le cogió el gusto a nadar, pero luego se ha decantado por el deporte en equipo, como el baloncesto, cuya práctica inició con nueve años hasta que, en 2011, el veterano Fundosa Grupo -rebautizado con la nueva marca CD ILUNION- le fichó para su equipo, y así... hasta hoy: “me quedé fliplando. Con una oportunidad así no te queda otra que darlo todo” (formato MP3).
El pilar de la familia le aporta la fuerza y la seguridad a Daniel, el mediano de tres hermanos. Son una piña. Y la ONCE y su Fundación constituyen -dice- “mi otra Casa. Me han acogido en el equipo de baloncesto y siempre que he necesitado alguna cosa han estado conmigo. Realizan una gran labor que se necesita y a la que yo me siento eternamente agradecido”, concluye.
Genoveva Benito