El nivel medio de 'ilusión' de los españoles está en notable, con 7,12 puntos, según recoge el estudio '¿Qué es la ilusión? Qué piensan los españoles que es la ilusión y cuán ilusionados están', que ha realizado el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y promovido por la ONCE y su Fundación, como corolario a la pasada edición de su Concurso Escolar, que versó precisamente sobre este tema de la ilusión.

El miércoles 15 de abril, la autora del informe Lecina Fernández, la vicedecana del colegio de Psicólogos madrileño, Mª Antonia Álvarez-Monteserín, y el propio director de Comunicación e Imagen de nuestra Organización, Antonio Mayor, presentaron los resultados que se desprenden del estudio. En esta línea se apunta que de sus principales conclusiones se desprende que los españoles vinculan la ilusión, en primer lugar, “a su situación laboral y a un buen estado de salud”.

Lecina Fernández defiende la posibilidad de convertir la ilusión en herramienta para el desarrollo y crecimiento de las personas: “si la ilusión es comportamiento, las personas pueden trabajar con ella y aprender a manejarla para su bienestar y crecimiento personal”, señaló en su intervención. Antonio Mayor, por su parte, destacó que el estudio reivindica la importancia de la ilusión “como motor de la sociedad”, a la vez que es “una herramienta de recuperación de los mejores valores sociales”, por los que siempre ha luchado la ONCE. “La ilusión es la energía universal e inagotable que nos ayuda a superar barreras”, concluyó. 

Ilusión made in Spain

Estar ilusionado y tener ilusión son dos expresiones de uso habitual en nuestra lengua que no existen en otras de nuestro entorno, en las que el término ilusión adquiere en general un sentido negativo, en relación con ‘algo que no es realmente lo que parece’. Pero para nosotros, la ilusión -o su falta-  está presente también, en el sentido positivo apuntado, en el día a día de nuestras relaciones personales. E inunda la comunicación pública, por ejemplo en los ambientes  publicitarios  y políticos.

¿Qué entienden, pues, los españoles por ilusión?; ¿qué nivel de ilusión  manifiestan?; ¿qué elementos componen la ilusión para los ciudadanos de nuestro país?; ¿cómo influye ésta en nuestras vidas?; ¿cómo se genera o se pierde la ilusión?; y ¿cómo puede recuperarse una vez perdida? son algunas de las preguntas a las que da respuesta este estudio realizado en todo el territorio nacional, con 3.200 entrevistas.

Entre sus principales conclusiones hay que desatacar que la gran mayoría de los españoles entiende la ilusión en el comentado sentido positivo, y no como falsa esperanza o engaño, como tiende a ocurrir en otros idiomas. Las ideas que conforman este concepto de ilusión son así, y por este orden de mayor a menor relevancia, las de personas, ganas de vivir, alegría y felicidad, vida, confianza en uno mismo, disposición de proyectos, fuerza y constancia, esperanza, valoración de lo cotidiano, incertidumbre y falsa esperanza.

El estudio evidencia que la ilusión la componen una suma de elementos relacionados con las emociones, pensamientos, acción y por las personas: el 93,5%  de encuestados asocia la ilusión a emociones como alegría; el 93% a las relaciones con otros; el 80% a pensamientos como confianza en uno mismo, disposición de proyectos, esperanza o valor cotidiano. El nivel medio de ilusión de los españoles se sitúa con todo ello bastante elevado, en esos 7,12 puntos, en una escala de 0 a 10.

Diferentes perfiles

Mujeres y hombres presentan similar expectativa de ilusión de cara a los próximos dos años. Y en cuanto a la edad, a más juventud, mayor ilusión, pues entre los jóvenes se concentra en puntuaciones muy altas mientras que entre los mayores de 65 años aparece muy repartida por la escala. Otro elemento clave es el de la situación y perspectiva laboral: los más ilusionados/as son quienes estudian o trabajan, presentando un nivel medio de ilusión superior a la media de la población; las personas dedicadas a labores del hogar acumulan la mayor proporción de personas (5,9%) con ‘nada de ilusión’ para los próximos dos años. Finalmente, respecto a la relación con la salud, quienes la disfrutan superan con claridad la media de los españoles, mientras las personas enfermas tienden a perder ilusión. Es sabido que la felicidad y el optimismo (implícitos en la ilusión) influyen en una buena salud, por lo que entre estos dos conceptos se da también una relación directa: la ilusión actúa a favor de la salud.

Estas realidades presentan en todo caso perfiles diversos de las diferentes zonas geográficas del país. Así, las personas residentes en el norte de la península y en Illes Balears son las que se muestran más ilusionadas para los años venideros.