Un grupo de alumnos de Bachillerato y últimos años de Secundaria del emblemático Institut National des Jeunes Aveugles, escuela francesa con sede en París destinada a la formación de jóvenes ciegos, pudo conocer el 10 de abril el modelo de educación integrada de la ONCE a través de su visita al Centro de Recursos Educativos (CRE) de Sevilla. Allí, los 12 alumnos y seis maestros que integraban la comitiva recorrieron sus dependencias tras ser recibidos por la directora del centro, Eva Pérez. El Instituto Valentin Haüy fue creado en 1784, siendo la primera institución francesa que se ocupó de la educación de los ciegos.

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Las profesoras María del Valle Durán, Ana Cansino y Máriam Martínez, maestras del CRE de Sevilla, acompañaron durante su recorrido por el complejo escolar a los alumnos de este instituto francés en el que se formó Louis Braille, quien luego -ya como profesor del propio centro- crearía el sistema de lecto-escritura que lleva su nombre. Las docentes del CRE sevillano consideran que visitas como ésta constituyen “una oportunidad única que tenemos de enseñar lo que hacemos y cómo lo hacemos”, en palabras de María del Valle Durán. “Ocasiones como ésta demuestran que somos un centro de referencia internacional por nuestra labor social con los niños”, añadió.

Un grupo de 12 estudiantes ciegos y seis profesores provenientes de París recorrieron las instalaciones del centro andaluz

Los alumnos franceses, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, realizaron una visita guiada por todas las modernas instalaciones del complejo empezando por el Aula de Estimulación Visual, donde percibieron la utilidad de diversos materiales ópticos y pudieron comprobar los avances técnicos con que cuenta el CRE sevillano, que le sitúan como uno de los centros de referencia en materia de inclusión a nivel europeo. Seguidamente, exploraron planos en relieve de la planta del edificio, sin disimular su sorpresa por el tamaño de las instalaciones y su interés por acceder a todas las muestras que el colegio había preparado para ellos.

Tras conocer la zona residencial, la visita continuó con el Aula de Ciencias, en el que pudieron tocar multitud de materiales adaptados mientras recibían explicaciones del uso profesional de cada uno de ellos, siempre acompañados de sus maestros nativos, que actuaron de intérpretes. Y se les explicó que las adaptaciones en los elementos curriculares que necesitan los alumnos con discapacidad visual para las áreas de Educación Física, Educación Plástica-Visual, Música, Matemáticas y Ciencias Experimentales precisan también del asesoramiento especializado a los maestros y profesores de centros ordinarios que atienden a nuestros alumnos para ser afrontadas con garantías desde una perspectiva de inclusión educativa.

El siguiente paso fue el Aula de Tiflotecnología, disciplina que emplea técnicas, conocimientos y recursos encaminados a procurar a las personas con ceguera o deficiencia visual los medios oportunos para la correcta utilización de la tecnología. El CRE, al igual que todas las dependencias de la ONCE, se encuentra altamente adaptado, circunstancia que en el ámbito educativo es, si cabe, más importante. A través de la tiflotecnología, los alumnos comprobaron cómo se producen textos educativos en formato braille y sonoro o cómo se elaboran, en diversos soportes, otros recursos didácticos susceptibles de ser utilizados por estudiantes con algún grado de discapacidad visual.

Tras las sesiones más teóricas, en la clase de Música dos alumnos deleitaron a los visitantes con pequeñas piezas al piano y, acto seguido, se puso rumbo al polideportivo del centro donde los chavales hicieron escalada, practicaron goalball y montaron en tándem, cubriendo así el total de las áreas en las que el CRE es especialista. Tras el almuerzo, la visita fue valorada muy positivamente, tanto por  el alumnado como por los maestros que les acompañaron. Todos se atrevieron tímidamente con el español para destacar la modernidad y adaptación de las instalaciones, entre sonrisas y una cariñosa despedida.

Nacho Martín