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Lola Raya: "Ahora veo de otra manera, desde el interior, con otra esencia"
En su proceso de aceptación de la ceguera se reinventa como pintora y lanza su línea de ropa, con nombre propio lolaraya.com
Serenidad y paz. Rodeada de naturaleza viva encuentra la calma necesaria para desprenderse de todos los miedos, que no han sido pocos en los últimos tiempos. Desde hace un año reside en Formentera, la más pequeña de las islas Pitiusas del paraíso mediterráneo… Siente la seguridad que le aporta el campo, con todo el esplendor de la luz del sol, sin sombras por grandes edificaciones. Y ella, Lola Raya Regalado, de 56 primaveras, natural de Tarrasa (Barcelona), pinta con los dedos y cumple su sueño de crear una firma de ropa con su nombre.
Está en plena campaña promocional, su web luce con modelos de faldas, chaquetas, pantalones… pintados a mano por ella misma y realizados en tejidos naturales de cáñamo. Innovadora elección de material que le aporta un plus en sostenibilidad, calidez e incluso duración de la prenda. No quiere parecerse a nadie, ni falta que le hace. Huye de modas convencionales y comerciales. E incluso para no verse contaminada por las tendencias “he dejado de mirar escaparates y revistas; no quiero impregnarme de nada… Mi línea de ropa es muy personal y quien lleve ese vestido o traje se puede sentir identificado con sensaciones naturales”, declara. (0,63 MB)
La progresiva pérdida de la visión hizo virar su trayectoria profesional y personal, claro. De ello hace unos cuantos años aunque sólo lleva tres afiliada a la ONCE. Reconoce que no veía bien por la noche y de la visión lateral tampoco andaba fina; el oftalmólogo le diagnosticó “una enfermedad degenerativa”, que tiene que ver con problemas de retinosis pigmentaria. “La verdad es que me tiré el primer año… que no lo creía (0,59 MB); era como si no fuese conmigo la cosa pero la enfermedad iba avanzando. Tuve un par de percances conduciendo, no pasó nada por suerte, pero empecé a darme cuenta del problema visual”, relata. Y lo rememora incluso con cierto alivio ya que fue el detonante para volver al médico y arrancar el proceso de rehabilitación en la Organización de Ciegos. “Desde el primer momento he tenido el soporte y ayuda por parte de la ONCE (…) Y a partir de ahí empecé a remontar, a reinventarme. Y pensé ¿por qué no voy a seguir pintando? Y ahora que tengo más tiempo puedo dedicarme a todo aquello que era un sueño de niña pequeña: ser diseñadora de moda ¿Por qué no puedo ponerlo en marcha? Y en ello estoy”, asegura sin acritud
(0,76 MB). Atrás quedó el horario de oficina, la creatividad no entiende ese ritmo. No es ni mejor ni peor. Tan solo es diferente… Lola tiene preferencia por la luz natural de la mañana, “desde las diez hasta la una”, dice. “Tengo que pintar con mucha luz y depende de la hora del día porque si me da mucho el sol me deslumbra y no puedo pintar. Y luego también me pongo focos para que en ninguna parte de la lámina queden sombras”, nos explica.
La pintura al pastel es la técnica artística que practica y eligió hace casi una década para expresar su arte. Arte que fusiona con su peculiar moda, de tejidos y accesorios originales como son los botones de cáscara de nuez machacada, en la colección Thiancoumalal. Un trabajo excepcional, sin duda. Primero pictórico -inspirado en las fotografías tomadas por una voluntaria en la aldea Thiancoumalal del Senegal- y, a la postre, reflejado en las ocho prendas de la colección textil “en una expresión de trazos, caras que se ven por la mitad, ojos brillantes, piedras marrones… Es la inspiración”, apostilla la artista.