Editorial

Reinado y cohesión

26/06/2014

Las monarquías constitucionales se asientan en el aserto de que ‘el rey reina, pero no gobierna’. Nuestra Constitución reglamenta, de hecho, las competencias de la Corona, alejadas de la gestión de gobierno pero que incluyen dos misiones sin duda claves para la convivencia y el imperio de la justicia social: el “arbitraje y moderación del regular funcionamiento de las instituciones”. Dos valores (arbitraje y moderación) que son condición sine qua non de la cohesión social. Por eso, en momentos tan delicados como los actuales, en los que una crisis pertinaz parece poner en cuestión, día tras día, los modestos logros que en materia de equidad social habíamos conseguido conquistar entre todos, la convocatoria de Felipe VI al conjunto de las entidades sociales (como la ONCE y su Fundación), al estrenar su reinado, adquiere una singular significación. El rey, y doña Letizia, han tardado apenas cinco días en convocar a los agentes sociales -a todos, sin excepción- y transmitirles su apoyo sin fisuras ante la etapa que se abre. Ojalá esa ‘foto de la solidaridad’ con que don Felipe ha querido estrenar este tiempo nuevo se coloree de contenido en la diaria tarea de hacer realidad la cohesión que garantice una progresiva justicia social para todos.

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