Yolanda Cornejo: "Me cuesta mucho menos sacar la venta adelante"
Repartió el primer premio del Extra de Navidad de la ONCE en Formentera
Sobran las palabras. La sonrisa ilumina su rostro de felicidad, ahora por partida doble. Y es que desde el 1 de enero Yolanda Cornejo está más pletórica, si cabe, con el subidón en su venta de productos de juego de la ONCE, tras haber repartido el primer premio del Sorteo de Navidad en Formentera. La ‘otra razón’ tiene dos años y se llama Thaily, su hija. Ella fue el mejor motivo para perderse la emisión en directo del sorteo de aquel día ya para el recuerdo, inolvidable.
“La verdad es que fue algo sorprendente. Tenía la intención de ver el sorteo pero me distrajo el pequeño terremoto que tengo en casa”, confiesa, y nos cuenta que se enteró de la lluvia de premios que ella misma repartió en Formentera porque le llamaron desde la agencia de la ONCE. “Me dijeron: Yolanda, ¿ya te has enterado? Y, de repente, ¡uf!, mi corazón palpitó. ‘Dios mío -les digo-, ¿qué pasó?’. ¡Ocho cupones del Extra de Navidad!... Fue una sensación maravillosa” (formato MP3). Un buen pellizco, desde luego (3.200.000 euros), el que tocó en la isla balear y sembró la alegría entre los afortunados.
Peruana de nacimiento y afiliada a la ONCE desde el año 2003, Yolanda conserva la doble nacionalidad. Quién le iba a decir que aquella visita a su hermana en Formentera, allá por 1997, le iba a cambiar así la vida. “Me enamoré de la isla, que es muy pequeñita y muy linda; me cautivó totalmente. Venía por un mes o dos y, luego, mira: decidí quedarme por aquí", comenta (formato MP3). Después vino todo lo demás: la degeneración del nervio óptico, diagnosticada de antaño pero que evolucionó en negativo, “con deformación de la retina, miopía, astigmatismo y más cosillas...”, apunta. Así la situación, los médicos le sugirieron acercarse a la ONCE, también por motivos laborales.
Maestra de preescolar en su país de origen, en España se volcó en el cuidado de niños y mayores hasta que, por su discapacidad visual, se afilió a la ONCE y comenzó a ejercer su labor como agente vendedora de sus productos de juego, a partir de 2007. “Empecé como vendedora ambulante, pero un compañero se jubiló y he pasado al quiosco" (formato MP3), dice orgullosa de su trabajo en el que reparte ilusión y mucha suerte. “La verdad es que estoy muy contenta; esta última experiencia ha sido muy bonita. Años atrás ya había repartido un ‘cuponazo’, pero lo de ahora ha sido diferente, muy especial”, asegura. Y con la emoción en la voz refiere el caso de una joven pareja afortunada: “estoy segura que les ha cambiado la vida el premio de la ONCE; les vi llorar de alegría abrazando a su bebé. Y yo, feliz por haber podido vivir tan cerca esa alegría" (formato MP3).
Y es que, a veces, la suerte y una nueva vida te sorprenden. Yolanda así lo constata, también con su hija. “Me ha salido muy traviesa; la he tenido con 40 años, cuando ya pensábamos que no podíamos tener hijos. ¡Apareció de repente!”, exclama feliz (formato MP3).
Tras la lluvia de millones, su jornada laboral intensiva en la Plaza de la Constitución de la localidad de San Francisco (Formentera), le está reportando sus frutos de ilusión: “indiscutiblemente, porque desde el sorteo, vamos, que me cuesta mucho menos sacar la venta adelante... Y algunos usuarios se han abonado, ¡con lo difícil que es conseguir un abonado! ¡Un éxito total!", concluye Yolanda (formato MP3).
Genoveva Benito