El valor de la alianza
Casi dos décadas de sincera y mutuamente exigente colaboración han convertido a ONCE y su Fundación y a Microsoft en dos leales compañeros de viaje. Un trayecto repleto de dificultades, pero jalonado por hitos como la superación de la inaccesibilidad a los entornos gráficos, que ha sido fundamental para el moderno acceso a las tecnologías de las personas ciegas.
Hoy, son otros los riesgos que acechan a nuestro colectivo (en buena medida colgados de la famosa ‘Nube’ que ya sobrevuela sobre todos nosotros y nuestros actos).
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, acaba de reafirmar en Madrid con los responsables institucionales y técnicos de nuestra Organización la validez y la proyección de esa ‘cómplice’ colaboración por un loable objetivo. Detener la brecha digital que puede estarse nuevamente abriendo, no ya para los cuatro millones de ciudadanos con discapacidad de nuestro país sino para los 80 millones de europeos y casi 1.000 millones en todo el mundo. Todos ellos personas con pleno derecho a una vida íntegra, sin exclusión alguna; pero, además, potenciales clientes que guardarán fidelidad a aquellas plataformas tecnológicas que escuchan sus necesidades, investigan por su superación y apuestan por implementar estas nuevas soluciones, de forma estandarizada, a los avances de todos sus nuevos productos o servicios.
La cooperación mantenida con la ONCE desde 1997 arroja ya un balance que habla por sí sólo y que se ha implementado no ya en nuestro país sino en todos aquellos (el globo en su conjunto) a los que llegan las largas ramas del árbol plantado por Bill Gates.
Sus técnicos conocen a los nuestros y confían en ellos como expertos en Accesibilidad e incansables investigadores en el ‘diseño universal’ de las aplicaciones tecnológicas que son hoy indispensables en la educación, la formación laboral, el empleo e incluso el ocio y el acceso a la cultura; en definitiva, en la vida diaria de todas las personas.
Muchos ciegos españoles nos dimos cuenta en los años 90 del extraordinario riesgo que corríamos de quedarnos definitivamente descolgados de la modernidad por la expansión de los entornos gráficos. Entonces, juntos de la mano con Microsoft, ONCE y su Fundación ya demostraron que la tecnología también puede ser el arma correctora de sus propias derivas; hoy afrontan nuevamente unidad, el reto de mostrar el enorme valor de la alianza cuando se unen determinación y talento.