Formación policial sobre ‘seguridad digital’ para las personas ciegas en el Día de Internet
Un año más la ONCE ha conmemorado el Día de Internet (que celebraba su XII edición), en torno al pasado martes 17 de mayo. En esta ocasión, nuestra entidad, con la colaboración abierta de la Policía, ha querido poner el foco -junto a su permanente reivindicación de la accesibilidad universal- en la ‘seguridad digital’, tema de plena actualidad por las habituales transgresiones que padece el tránsito de datos en la Red.
La elección de esta temática central responde al empeño y compromiso de nuestra entidad con la inclusión de sus afiliados en la sociedad digital, aprovechando nuevas herramientas tiflotécnicas, pero garantizándoles -como al resto de la sociedad- su privacidad y respeto a sus derechos cibernéticos. Como expresaba al término de la jornada, la responsable de Servicios para Afiliados de nuestra Territorial en Euskadi y Cantabria, Ana Dávila, la convocatoria ha obtenido una muy positiva respuesta, “con mucha más participación de los usuarios que otros años en Bilbao, San Sebastián y Vitoria” (archivo mp3).
Las iniciativas impulsadas por la ONCE en todo el Estado se materializaron así en la mayoría de los casos de la mano de la Policía nacional y de cuerpos de Seguridad autonómicos (en los casos de Cataluña y País Vasco), en torno a la semana del 16 al 20 de mayo, con el lema global de “Peligros y riesgos en las redes sociales e internet”, con charlas a cargo de expertos policiales. Además, se ha querido aprovechar estas jornadas para dar la mayor difusión posible al nuevo ClubONCE dirigido a los afiliados y afiliadas, con actividades explicativas de la descarga de libros de la biblioteca digital (DAISY y TLO), la videoteca en audiodescripción, la tienda online del CIDAT o el resto de áreas y secciones que incluye el Club, entre ellas el acceso a Documentación y Publicaciones, como esta revista ‘Así somos’. Iniciativas enfocadas hacia el colectivo de afiliados en general, y con consideración especial de grupos como los de mayores, sordociegos o ciegos totales, por sus particulares dificultades de accesibilidad digital.
La disposición de aplicaciones móviles accesibles (muchas de ellas desarrolladas por nuestro propio centro tecnológico, el CIDAT); la utilidad de Internet para la facilitación de actividades de vida diaria (asistencia médica, compras, consulta de actividades de ocio y tiempo libre, etc.); las herramientas accesibles para almacenamiento de datos en la nube; las redes sociales como medio de interconexión con grupos de interés; la seguridad en los pagos por internet (Paypal, cybertarjetas, etc.); el análisis de las ventajas e inconvenientes en la dualidad iOS y Android y en las opciones de la Plataforma Mac; o las posibilidades del teletrabajo como modalidad laboral fueron otros aspectos abordados entre los afiliados en los encuentros mantenidos.
Un mundo ‘con’ barreras
El director del CIDAT, Guillermo Hermida, valora las múltiples dificultades para navegar por Internet o en el manejo de aplicaciones móviles que afectan al usuario con discapacidad visual, “desde la habitual falta de estructuración de los contenidos de la propia web, que impide una navegación lógica, ordenada y ágil”, pasando por la insuficiencia de tiempo material para introducir los datos desde un acceso no visual, los controles no accesibles dentro del propio formulario, etc.
Además, problemas como la ausencia de información o de contraste en los elementos que aparecen en pantalla, imágenes no etiquetadas, dificultades de lectura para el revisor de pantalla o tablas demasiado complejas son sólo ejemplos de las barreras cotidianas en el ámbito digital para la persona con discapacidad visual.
Hermida reconoce la importante evolución estos últimos años en España a servicios y productos en entornos digitales, “gracias a la aparición de legislación, la presión del movimiento asociativo, los esfuerzos de difusión que se hacen desde distintas organizaciones de usuarios como ONCE y su Fundación”, pero denuncia que “siguen existiendo campos de primera necesidad como los electrodomésticos, el transporte, los medios de pago, acceso a servicios en entornos de salud o de la administración pública con grandes carencias en accesibilidad, que afectan sensiblemente a los usuarios al punto de impedir su utilización en el día a día”.
Una evolución necesaria y justificada no sólo por razones de justicia y derechos sociales cada día más ligados a la vida cotidiana, sino también bajo argumentos económicos (con la ampliación de público objetivo y por tanto de las posibilidades de negocio que deriva el “Diseño para todos”) y legales (pues se han generalizado normas sancionadoras).”Todos o casi todos los ciudadanos, a lo largo de nuestra vida, por cuestiones puntuales o debido al envejecimiento, tendremos dificultades que complicarán el desenvolvimiento en nuestra vida diaria. Si todos los productos o servicios se desarrollan teniendo en cuenta a las personas con discapacidad, estamos aportando una solución de la que se favorecerán todos los ciudadanos en algún momento de su vida”, concluye el responsable del CIDAT.