Estás en:

Antonio Pacheco: "Yo me veo muy bien..."

  • El sumiller ciego, Nariz de Oro de Andalucía (en 2008 y 2013), organizó una 'Cata a Ciegas' para sus compañeros de la ONCE en Málaga

Antonio Pacheco brinda por la vida

Sensible luchador. A medio camino entre la rebeldía y la aceptación se debaten los sentimientos del malagueño, experto en vinos, Antonio Pacheco. Y es que la ceguera le sorprendió, el año pasado, mientras ejercía su profesión como jefe de sala en un conocido restaurante del puerto de Málaga, la ciudad que le vio nacer en 1966. “Ahora estoy intentando reconducir mi vida... (formato MP3) No voy a tirar la toalla y voy a seguir luchando porque la gente siga escuchándome, y aprendiendo, y disfrutando del mundo del vino”, afirma convencido quien reconoce que hace 20 años “tiré por la borda todo lo que había aprendido como corredor de seguros y agente de bolsa para dedicarme a esta pasión del vino que descubrí con mi tío y me tocó el corazón” (formato MP3).

El ritmo vital se ajusta a la nuevas circunstancias, la adaptación a su condición como persona ciega le exige tiempo y esfuerzo. “Me queda mucho por aprender todavía pero la ONCE, que se ha convertido en mi segunda casa, me está ayudando a caminar, como se suele decir...”, nos comenta (formato MP3).

El experto catador de vino posa en la bodegaAtrás quedaron los maratonianos días, hiperactivos, de un ‘no parar’. Porque parece que así era Antonio: “de trabajar 18 horas al día, de coger el coche, bajar a Marbella, de Marbella a Sevilla, y volver por la tarde a Málaga. Vamos a cenar, vamos a hacer una cata... Y ahora tengo otro reposo... Dentro de un rato cogeré mi bastón y me iré a andar tres cuartos de hora” (formato MP3) . No se lamenta aunque un halo de nostalgia vibra en su voz cuando relata que echa de menos poder conducir, disfrutar de la pesca submarina o bucear cual hábil monitor que es (o era) en esta práctica deportiva. “No puedo hacer ya nada de éso”, apostilla, y rearma el talante cuando por fin recoge el guante de la invitación a ver en positivo algún descubrimiento reciente siendo ya ciego: “sí, sinceramente, lo que me ha gustado es la sensación de que no había tenido tiempo para hacer lo que estoy haciendo ahora, con respecto al propio tema de catas de vinos, en el aspecto de la formación. Me quiero centrar mucho más en esa dimensión” (formato MP3).

El vaivén de los sentimiento encontrados aparece una vez más con el inciso que hace para comentar, con el brillo de la alegría, que ha sido “once veces campeón de petanca, en Andalucía, Ceuta y España; cuando era juvenil, alevín, cuando cadete y ya siendo manager. Era mi pasión, me encantaba la petanca”, rememora, y con tono apagado remata: “otra cosa que ahora tampoco puedo hacer...” (formato MP3).

La rehabilitación en la ONCE por su discapacidad visual y el contacto directo con personas ciegas le ayuda a sobreponerse tras la fulminante manifestación de, a la postre, una enfermedad genética, que dio la cara de repente, sin previo aviso. “Esa es la parte, para mí, más dura porque no me ha dado tiempo a recapitular, a reaccionar... (formato MP3) Haces tu vida y un día, de repente, no puedes ver el ordenador, la tele... Te parece que prácticamente no puedes hacer nada. Es un cambio brutal en tu vida”, se revuelve y respira profundo. Le cuesta, aunque poco a poco, a modo de anecdotario, comienza a tomarse con humor, nos cuenta, el afeitarse una patilla más alta que la otra, colocarse los zapatos del revés o volver a perder por enésima vez la minilupa, “que me mantiene vivo con mi teléfono”, bromea. Junto al mando a distancia para activar los semáforos y el bastón blanco ya forman parte de su equipaje diario. “Yo voy supercómodo, me han enseñado a utilizar todo y  ahora mismo me siento feliz y autónomo”, apunta satisfecho. “He dado seis clases de manejo con el bastón, que ya me lo han cambiado cuatro veces, pero al fin han dado con mi talla. Sin bastón no puedo ir a ningún sitio. De hecho cuando, voy con mi pareja del brazo, ¡yo no suelto mi bastón! Y, a veces, prefiero ir solo para ver y detectar mis carencias”, explica. Ante lo cual, la respuesta a ¿cómo te ves tú?: “Yo me veo muy bien” (formato MP3). ¡Brindemos por eso!

Genoveva Benito

 

El talento en la nariz

“Mi sueño es aportar a la ONCE todo lo que he aprendido sobre vinos”, declara agradecido el prestigioso sumiller, que además de ser dos veces ‘Nariz de Oro de Andalucía’ ha recibido reconocimientos y premios por sus compuestos , destilados, máster class en champán y cavas, etc. Defensor a ultranza de las buenas cosechas malagueñas por sus inmejorables caldos, con conocimiento de causa Pacheco destaca la percepción del sentido del olfato para realizar una buena cata de vinos. “La parte fundamental es la nariz porque ‘en el primer ataque que nos da la nariz’ distinguimos un vino con acidez volátil, con mucho alcohol, con mucha fruta...  Y podemos detectar incluso de qué vino se trata. Lógicamente, después el examen en boca es el que nos va a dar el final de la cata...” (formato MP3).  Son clases de un experto.