7.500 estudiantes ciegos comienzan el nuevo curso junto a sus compañeros
La ONCE les presta apoyo a ellos y sus familias, en colaboración con las Administraciones
Cerca de 7.500 estudiantes ciegos o con discapacidad visual grave han iniciado estos días la ‘vuelta al cole’ repartidos por todo el territorio estatal y en todas las etapas educativas. El 99% de nuestros estudiantes se escolariza en centros de enseñanza ordinarios, siguiendo el principio de inclusión educativa, y gracias a su esfuerzo, la colaboración y el apoyo específico de los equipos de la ONCE –que pone en marcha un sistema integral de apoyo tanto para ellos, como para sus familias-, y de las Administraciones educativas, los estudiantes consiguen ser uno más en el aula.
Ese es el objetivo: que la inclusión del alumnado con ceguera y discapacidad visual se produzca en un ámbito educativo normalizado, según establece la legislación vigente, donde existe un único sistema en el que prevalece el derecho de cualquier alumno a recibir una atención educativa equitativa y de calidad, respetando sus necesidades específicas para posibilitar su plena inclusión educativa y social.
Esos cerca de 7.500 alumnos con ceguera y discapacidad visual grave recibirán esta atención educativa en el nuevo curso en todos los niveles educativos:1.476 escolares comienzan la Educación Infantil; 1.457 están escolarizados en Educación Primaria; 963 han llegado a la Educación Secundaria Obligatoria;288 cursan Bachillerato; 296 se preparan en la Formación Profesional; 823 se enfrenten a la Universidad; y 2.194 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.
Es importante destacar que el esfuerzo de estos estudiantes hace que, al final de la ESO, tengan un grado de abandono escolar muy inferior a la media. Mientras el dato estatal supera el 20%, el de los chicos y chicas ciegos se mantiene en el entorno del 10%.
Apoyos educativos
Para cada nuevo curso, los servicios de producción bibliográfica de la ONCE trabajan intensamente para que el alumnado con ceguera pueda disponer, desde el primer día de clase, de los mismos libros de texto que sus compañeros, solo que transcritos al sistema braille, así como toda la documentación necesaria (apuntes y cualquier otra documentación de interés) en formato accesible.
Muchos de ellos, cuentan además con adaptaciones tecnológicas facilitadas por la ONCE para seguir el curso en igualdad de condiciones: ordenadores con voz; anotadores y calculadoras parlantes; o impresoras en braille, entre otras.
En este sentido, la Organización lanza cada año un mensaje a las administraciones y todos los implicados en el proceso curricular para que cualquier innovación tecnológica en el aula tenga siempre en cuenta la accesibilidad porque, de lo contrario, puede dejar fuera a estos estudiantes con discapacidad visual y colocar frente a ellos barreras a veces insuperables. Páginas webs, aplicaciones, libros y otros apoyos educativos deben cumplir la máxima de diseño para todos.