José Miguel Ramírez: "La cosa es no rendirse"
Periodista, fisioterapeuta en proceso, y protagonista de la última imagen, con su rostro y mensaje verbalizado, de la campaña publicitaria 'No seas mi límite'
... Sin límites, con la mochila repleta de ilusiones y el mundo por montera. De sonrisa franca y palpable verdad, José Miguel Ramírez remarca, con su imagen y su mensaje, la campaña de la ONCE y su Fundación: “Estoy preparado para ser lo que quiero ser. No seas mi límite”.
Y es que este joven, de 29 años, natural de La Rambla (Córdoba) encarna, a la perfección, el sentir de las personas con discapacidad que no tienen trabajo. “Me parece que es algo a reivindicar, ¿no? (0,64 MB) Ahora no puede decirse que no estamos preparados porque hay mucha gente que sí estamos preparados y bien preparados”, declara con convicción quien ejerció la profesión periodística, con prácticas en Sevilla, y trabajó en una asociación cordobesa. La crisis en el sector y consecuentemente el paro le pillaron in fraganti y no tuvo manera de mantenerse en la brecha.
“Eché currículums por todas partes (1,63 MB) , ¡y nada! Estuve noches sin dormir, pensando si me la jugaba o no me la jugaba cambiando de ciudad, nuevos estudios...”, relata sus inquietudes previas a la toma de decisión para estudiar otra carrera universitaria. Al final se inclinó a probar suerte en la que, dicen, tiene más éxito entre los profesionales ciegos, la Fisioterapia, que a él además siempre le había llamado la atención. “La verdad es que hay muy buenos fisioterapeutas ciegos y eso sí que lo sé de buena mano”, comenta mientras bromeamos acerca de las ‘manos especiales’ de las personas ciegas... “Se supone que... bueno, que sí, que al tener el tacto más desarrollado y tal... pero yo lo dejo en ‘dicen’, también”. Es evidente que nada tiene que ver con “poner las manos y hacer un masaje, como mucha gente puede pensar”, apunta, y explica cómo la Fisioterapia abarca un campo muy amplio de conocimientos, y cómo se renuevan día a día, al hilo de la actualidad. “Es una carrera ligada a la ciencia de la salud. Hay que controlar aspectos de anatomía e incluso saber algunos principios de medicina. Son muchos los conocimientos que hay que tener porque vas a estar tratando con personas y tienes que saber lo que te traes entre manos”, afirma consciente de la dificultad y, a la postre, encantado con su elección
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Si todo va según lo previsto, obtendrá el Grado Universitario de fisioterapeuta este mismo año. Sin problemas para viajar, independiente desde que cumplió los dieciocho, y acompañado de su perro guía ‘Zeke’, José Miguel está dispuesto a trabajar sin barreras como periodista o como fisioterapeuta.
Quién sabe cómo se escribe el futuro... Con música dibuja los acordes de su grupo ‘El artista del hambre’ compuesto -nos cuenta- por “dos guitarras, una violinista, batería, bajo y yo mismo, que toco el teclado. La verdad es que le ponemos mucho cariño; de vez en cuando nos sale algún concierto y nos vamos a disfrutar”
(0,62 MB) . Estudió en el Conservatorio de Córdoba, el grado elemental y tres años de grado medio.
Y aún queda el gusanillo de la publicidad, que le ha picado hace muy poco y para el que planta de actor no le falta...
“Queda mucho camino por hacer; hay que concienciar a la gente de que podemos hacerlo bien y trabajar como cualquiera; tenemos limitaciones pero como todo el mundo. La clave es ver cómo lo puedes hacer, que la gente se implique un poco y que vea que las personas con discapacidad tenemos mucho y muy bueno que ofrecer”, afirma José Miguel (1,19 MB) .
Su familia y la ONCE
Mirando al pasado, sus recuerdos infantiles fluyen felices durante la conversación... “Vivía en un pueblo pequeñito y eran los tiempos en los que se jugaba mucho en la calle. Yo estudié, con el apoyo de la ONCE, con un profesor que venía a visitarme, y también con ayuda de los técnicos...” (1,46 MB) . Y todo junto a la mano protectora de los padres, pendientes del menor de dos hermanos que nació ciego: “yo nací ya ciego, desde chiquitito, de toda la vida, recuerdo ir a la ONCE”, nos cuenta
(0,52 MB) . Hoy muestra los palpables resultados de ese proceso gracias a la seguridad y fortaleza que adquirió aquel pequeño, tras los esfuerzos paternos para que fuera ‘un niño más’, que cogiera la bicicleta, que jugara a todo y disfrutase como todos los demás. Porque no hay mayor barrera que la que nos ponemos a nosotros mismos. ¿Y cuál es tu límite...? "Mi límite está donde yo mismo lo ponga. Y yo no he parado quieto... ¿Límites? No quiero poner límites. Con perseverancia y si pones de tu parte, puedes llegar hasta donde quieras. La cosa es no rendirse
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Genoveva Benito