El Cascabel de Oro recayó en la Fundación Valle Salado de Añana 

Unos 400 corredores participaron, el pasado 6 de mayo, en la XXII Carrera de Cascabeles de Vitoria- Gasteiz, que bajo el lema “Por una sociedad inclusiva” se celebra anualmente con objeto de los participantes se pongan en la piel de las personas con discapacidad visual reivindicando así una sociedad más inclusiva.

Los participantes, de los tres territorios históricos de la Comunidad Autónoma Vasca, completaron “a ciegas” un recorrido de un kilómetro a lo largo de la calle Gasteiztarra de San Prudencio. Entre ellos, autoridades como Beatriz Artolazabal, consejera de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco; Marian Olabarrieta, diputada foral de Servicios Sociales;  Peio López, concejal de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz; Antonio Sáenz de Santa María, subdelegado del Gobierno en Álava, así como  los ediles del consistorio gasteiztarra Iñaki García Calvo, Ainhoa Domaica, Isabel Martínez, Ane Aristi y Nerea Melgosa, entre otras. Junto a ellos los responsables de la ONCE en Euskadi, Juan Carlos Andueza,  delegado territorial de ONCE,  Javier Domínguez, presidente territorial de ONCE, y  Rafael Ledesma director de la Agencia de la ONCE en Álava.

La organización del evento con el apoyo del Ayuntamiento de Vitoria- Gasteiz, la Diputación Foral de Álava, el Gobierno Vasco, la Fundación Vital, Coca Cola y Artepan.

Cascabel de Oro

Tras la carrera solidaria, Juan Carlos Andueza y Javier Domínguez entregaron el Cascabel de Oro a la Fundación Valle Salado de Añana, galardón que recogió su presidente Andoni Erkioga, momento muy aplaudido por numerosos socios que también asistieron y participaron en la jornada. Fundación Valle Salado de Añana obtuvo el galardón a través de una votación popular online por “constituir un paisaje cultural y natural de la sal accesible para todos los públicos”.

Dicha Fundación es una entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la recuperación de las salinas de Añana desde todas sus facetas: patrimonial, natural, social y económica. El Valle Salado de es un paisaje cultural y natural de la sal accesible para todos los públicos. Ofrece una visita adaptada a personas con algún tipo de discapacidad, con un recorrido especialmente diseñado que ofrece una experiencia completa: conocer el proceso de recuperación de las salinas, comprender por qué y cómo se produce sal, apreciar su singular fauna y flora, y disfrutar en el Spa salino de los beneficios terapéuticos del agua salada.  Así, desde este año, el Valle Salado de Añana es más accesible para todos aquellos que quieran vivir la experiencia de conocer en primera persona un inigualable paisaje con más de 7.000 años de historia, porque el paraje, que contaba hasta ahora con visitas guiadas específicas para personas con diversidad funcional física, ha ampliado su oferta al incorporar una maqueta que representa una granja de sal para visitantes con visión reducida y un vídeo para personas con dificultades auditivas.