Tamara Matesanz y Abel Ojeda: "Un boom mediático increíble"
Han repartido el Cuponazo del viernes 5 y el Extra del Día de la Madre del domingo 7, en mayo
Con nombre propio: Tamara y Abel. Son los agentes vendedores de los productos de juego de la ONCE protagonistas por hacer realidad recientemente la ilusión de los afortunados, que han recibido una lluvia de millones, en Donostia-San Sebastián y en Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente.
De la mano de la donostiarra Tamara Matesanz Vandevelle se repartía el premio mayor del Sorteo Extraordinario del Día de la Madre, el 7 de mayo: los 17 millones de euros al número 77920, serie 055, y otros nueve cupones del mismo número (premiados con 40.000 euros cada uno que suman al montante 360.000 euros más)... “Has hecho un agujero en la caja de la ONCE que para qué... (0,84 MB) ¡Has dado el premio gordo del Día de la Madre!”, le comunicaba -por teléfono- el subdirector de la ONCE en Euskadi, en un tono tan serio que tardó en comprender que le gastaba una broma, nos cuenta con gracia y entre risas esta joven madre, de 36 años, y novel trabajadora de la Organización de Ciegos, pues cumple los dos años en su labor como vendedora el próximo 15 de junio. “Estoy supercontenta porque la gente me solía decir que sólo daba lo justo, o poco más... ¡A ver cuándo das un premio en condiciones! ¡Pues toma premio!”. Y se ríe Tamara desbordante de alegría, con ganas, feliz... “La verdad es que me alegro mogollón y espero que le haya tocado a quien le haga falta el dinero”, apostilla emocionada
(0,27 MB).
Y en Las Palmas de Gran Canaria, se estrenaba también de lujo -aunque con susto- el novísimo agente vendedor local Abel Ojeda García, de 38 años. Con sólo dos meses ‘de veteranía’ en la ONCE, ha dado el Cuponazo (los 9 millones de euros del premio mayor, con el número 74133, serie 44). “Entras nuevo al trabajo -dos meses que llevo en la empresa, dice- y das un pelotazo de nueve millones de euros... Te cuesta un poquito asimilarlo”, se sincera con nuestra revista, para remarcar que, al tiempo, “es una gran satisfacción, la verdad (0,38 MB). Ahora estoy supercontento, pero mi primera reacción fue como de entrar en shock, no me lo creía”, confiesa sin tapujos.
Y es que la cosa tiene miga... A él también le gastaban una broma desde la Casa, la ONCE, diciéndole que el director general estaba enfadado con él: “pensé que me había equivocado en algo y me iban a echar; el tembleque que me dio no fue ni normal... (0,03 MB)”, reconoce ya repuesto de la impresión, y muy contento por la noticia, a la postre, de haber repartido el Cuponazo. Un premio que le está reportando una buena subida en la demanda de los productos de juego que comercializa en su punto de venta, en la calle Faro 15, en el barrio de La Isleta. “Todo el mundo contento, evidentemente. Es que ha sido llegar y besar el Santo; y las ventas mucho mejor que en días pasados ¡Hoy ha sido el boom! estoy vendiendo una barbaridad”, declaraba mientras ejercía su labor al tiempo que nos atendía por teléfono, sobre las dos de la tarde del lunes 8 de mayo
(0,85 MB). Su primera jornada laborable tras el sorteo del viernes mágico del Cuponazo.
Si Tamara desconoce quién es el nuevo millonario por el Extra del Día de la Madre -ya que por las mañanas vende en el barrio de Intxaurrondo y por la tarde en un quiosco junto al céntrico mercado de la Bretxa-, Abel, por su parte, lo tiene meridianamente claro por ser su destinatario un cliente habitual: “siempre se lleva el mismo número”, el coincidente con el ahora premiado con el Cuponazo. “No sé cómo se llama, pero me compra a última hora de la tarde ese mismo número (el 74133) y, si no lo tengo, no se lleva cupón ese día... Es un padre de familia, trabajador... (0,34 MB), así que supongo que le vendrá muy bien este dinero”, comenta. ¡Y a quién no, con los tiempos que corren...!
Coincidencias de la vida. Tamara y Abel son, ambos, diabéticos y han sido sometidos a sendos trasplantes de riñón. Carpintero él, limpiadora ella, llegaron a la ONCE por motivos diferentes aunque con un fin común: trabajo. Mientras Abel sufrió un accidente laboral y perdió la vista de un ojo y conserva un mínimo resto visual en el otro, Tamara, con discapacidad física y una larga temporada en el paro, encontró asimismo su lugar en la venta de los productos de juego de la ONCE. “Mira, yo estaré siempre superagradecida a la ONCE, porque me han sacado del pozo del paro (0,25 MB)”, señala la donostiarra. Y en similares términos se pronuncia Abel
(0,93 MB), para quien “la ONCE lo es todo”.
Sea como fuere, ambos viven su momento, repletos de felicidad y atendiendo a los medios de comunicación. “¡Un boom mediático increíble!”, asegura Tamara (0,41 MB).
Eso, y más, es lo que tiene... ser protagonista ¡Enhorabuena!
Genoveva Benito