Marrakech, cada vez más cerca para 30 millones de europeos con discapacidad visual
La ONCE aplaude la aprobación por la Eurocámara de las normas de aplicación de un Tratado que libera de derechos de autor a las obras adaptadas para personas ciegas y pide su ratificación por la UE
La ONCE aplaudió, el pasado 6 de julio, la decisión del Parlamento Europeo de aprobar nuevas reglas que permitirán ampliar el catálogo de libros disponibles para personas ciegas y con otras discapacidades visuales, en formatos como braille o audiolibros. En Estrasburgo, los eurodiputados se pronunciaron favorablemente sobre el acuerdo alcanzado previamente y por unanimidad en la Comisión de Asuntos Jurídicos, para hacer obligatorias excepciones sobre los derechos de autor, lo que debe facilitar la producción en formatos accesibles y la circulación transfronteriza de estos productos. La norma cubre libros, periódicos, revistas, partituras musicales y otro material impreso en formato braille, sonoro y de texto en grandes caracteres. La aprobación de esta norma sitúa a la Unión Europea (UE) en línea con sus compromisos internacionales bajo el Tratado de Marrakech, que suscribió en 2014, pero que aún tiene que ratificar formalmente.
“Lo que se acaba de aprobar permitirá implementar este Tratado en la UE. Pensamos que se trata de una normativa muy respetuosa con la filosofía del Tratado que no es otra que permitir a las personas ciegas o con discapacidad visual grave acceder al texto impreso e intercambiar libros en formatos accesibles. Estamos hablando de 30 millones de personas con discapacidad visual en la UE y de casi 300 millones en el mundo”, explica la experta en el Tratado, Bárbara Martín (0,42 MB), responsable de la Oficina Técnica de Asuntos Europeos de la ONCE (OTAE) y vicepresidenta de la Unión Europea de Ciegos (EBU, por sus siglas en inglés).
El objetivo del Tratado
, impulsado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y firmado por 51 países en el transcurso de una conferencia diplomática en junio de 2013, es ayudar a poner fin a la hambruna de libros que enfrentan las personas ciegas y con discapacidad visual grave con dificultades para acceder al texto impreso. En la actualidad, de los libros que se publican en el mundo, sólo se llegan a producir en formatos accesibles de un 1 a un 7%. Esto se debe, en parte, a las barreras de acceso impuestas por las leyes de derechos de autor, algo que el Tratado ayuda a eliminar.
La normativa recientemente aprobada incluye que las personas ciegas y sus organizaciones no tengan que pedir permiso al titular de los derechos de autor para elaborar libros en formato accesible y otros materiales impresos, así como una mejora de la circulación transfronteriza, de modo que las personas ciegas tengan acceso a estos libros producidos en países de la UE y en aquellos otros que no sean ero que hayan firmado el Tratado de Marrakech. En este sentido, no se requerirán controles de disponibilidad comercial previos al intercambio de libros de formato accesible.
Contra las compensaciones
La nueva norma del Parlamento recoge también una compensación voluntaria por la que los Estados miembro tendrán la opción de establecer esquemas de compensación limitados para los editores cuando sus libros se conviertan en copias en formato accesible bajo unas premisas debidamente justificadas. Esta posible compensación económica, que cada país de la UE podría establecer al transponer la norma a su derecho interno, no implica su obligatoriedad. En el caso español, Barbára Martín se muestra segura de que dicho extremo no se va a producir, ya que en nuestro país “dicha remuneración no ha existido nunca. Es la ONCE la que se encarga de convertir los textos en formatos accesibles bajo una estricta normativa y así va a seguir siendo. La ONCE no pretende minar los derechos de autor, en ningún caso”. Bárbara Martín incide además en la condición del Tratado de Marrakech “como un tratado de Derechos Humanos, pensado para sus beneficiarios más que para proteger los derechos de autor. El texto del Tratado está bajo una excepción ya que surge de una necesidad real, y que no es otra que la que impone la inexistencia de libros accesibles para la cantidad de personas ciegas que los demandan”, explica la experta española.
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Sobre este extremo, la Unión Europea de Ciegos (EBU) lamenta en un reciente comunicado que el acuerdo adoptado permita a los Estados miembros de la UE imponer dicho impuesto sobre los libros accesibles a modo de 'derecho de compensación', ya que “consideramos que esto contradice los objetivos del derecho de lectura”, afirma su nota. “Nos opondremos a esta aplicación injusta de los sistemas de pago en la transposición de estas leyes de la UE a la legislación de los Estados miembros de la UE”, explica la EBU, ya que dichos impuestos “son falsamente llamados 'sistemas de compensación' cuando no hay pérdidas económicas que compensar y los gobiernos nunca han demostrado ningún daño sustancial hecho a los editores por obras de formato accesible”.
La EBU ha manifestado que trabajará arduamente para asegurarse de que la Directiva y el Reglamento aprobados hoy signifiquen un movimiento importante para poner fin a la que se ha denominado como 'hambruna del libro', que priva a las personas con discapacidades visuales de acceso a la mayoría del material de lectura que se publica. Esta legislación, junto con el Tratado de Marrakech, se traducirá en un mayor y mejor acceso a la educación, la cultura y la integración social de millones de personas con discapacidad visual en Europa y en todo el mundo, como muy bien explicó la eurodiputada española Rosa Estarás en el transcurso de la sesión parlamentaria que aprobó el nuevo reglamento.
El próximo paso crucial en la UE es que ratifique el Tratado de Marrakech y deposite dicha ratificación en la sede de Ginebra de la OMPI. Un paso que tanto la ONCE como la EBU piden que se haga sin más demora.
Mercedes Leal