Personas con discapacidad ante el laberinto del carnet de conducir
Cerca de medio millón de españoles están afectados por algún tipo de discapacidad que les condiciona para la conducción de vehículos; pero apenas 60.000 automovilistas tienen prescrito el uso de adaptaciones en su automóvil. Son dos de los datos más significativos que se infieren del estudio elaborado por la Fundación para la Seguridad Vial (FESVIAL
) y Fundación CNAE
, en colaboración con Fundación ONCE, y presentado en Madrid el pasado 5 de octubre.
Sólo el 1% de nuestras autoescuelas cuentan con recursos óptimos para formarles como conductores
Un informe sobre el terreno, elaborado por ILUNION Tecnología y Accesibilidad, que aborda las dificultades de las personas con discapacidad en nuestro país, tanto para poder conducir como para, incluso, acceder a los necesarios permisos. Y es que, como explicó el director general de FESVIAL, Javier Llamazares, “muy pocas autoescuelas, menos del 1%, tienen en España los recursos necesarios para ofrecer una formación óptima a este sector de la población”, denunció. Reclamó por ello de las administraciones públicas apoyo a este sector para que pueda incluir dichos recursos, sin perder de vista que el desarrollo tecnológico ha planteado en nuevos términos el equilibrio entre la garantía de la seguridad de los conductores con discapacidad y la de los demás usuarios de la vía.
Por su parte, el director de Formación en la Fundación de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), Roberto Ramos, alertó de que, junto a los medios, habría que mejorar la formación de los profesores de autoescuelas. “No están adecuadamente preparados para formar a alumnos con discapacidad y la propia legislación presenta lagunas, pues no se prevé qué tipo de adaptaciones hay que contemplar... Una situación que lleva a que, a menudo, sea el propio alumno el que tenga que realizar las adaptaciones al vehículo con el que se formará en la autoescuela”.
De hecho, el estudio muestra que el 17% de los alumnos con discapacidad que obtuvieron el permiso de conducir, se encontraron con el problema añadido que supone la no disponibilidad de un vehículo adaptado. Y es que -razona Ramos- “cada discapacidad es un mundo y tiene diferentes grados... Es muy difícil tener un modelo de vehículo universal adaptado a cada uno de estos alumnos”.
Compromiso oficial
El estudio se presentó en la sede de Fundación ONCE en Madrid, en el marco de una jornada titulada ‘Discapacidad y acceso al permiso de conducción’, que también contó con la presencia de María José Aparicio, subdirectora adjunta de Conocimiento Vial de la Dirección General de Tráfico; Jesús Hernández, director de Accesibilidad Universal de Fundación ONCE; y José Miguel Báez, presidente de la Fundación CNAE.
La responsable de la Administración agradeció la aportación de este informe a la prevista reforma del Reglamento General de Conductores y de los Centros de Reconocimiento de Conductores que, asumió, deben ofrecer mayor formación sobre discapacidad a sus profesionales. “Necesitamos especializar al cuerpo médico que se encarga de reconocer a nuestros conductores”, señaló Aparicio.
Por su parte, Jesús Hernández destacó la libertad e independencia que le otorga a la persona con discapacidad ser autónomo en la conducción. A su juicio, este estudio valora las dificultades existentes y “nos anima a seguir trabajando para lograr conducir de forma independiente”, concluyó.
Finalmente, José Miguel Báez solicitó “un esfuerzo combinado” de Fundación ONCE, Administración y autoescuelas para que éstas dispongan de vehículos adaptados a las necesidades de los diferentes perfiles de alumnos. Porque, como evidencia el informe, aunque la discapacidad no está necesariamente reñida con la conducción, hay personas que encuentran importantes obstáculos para ejercer su derecho a conducir, e incluso para conseguir un permiso de conducción.
El informe refleja que las personas con discapacidad que no consiguieron obtener el carnet mencionan sobre todo problemas en su proceso de aprendizaje; un proceso que valoran negativamente, con 4,73 puntos sobre 10, mientras que sus compañeros que sí superaron las pruebas lo califican con hasta 7 puntos. En todo caso, se evidencia la existencia de serias dificultades en numerosos casos de aspirantes al carnet con discapacidad. Y, por tanto, la necesidad de mejorar el proceso formativo de obtención del permiso de conducción, a fin de avanzar en materia de igualdad de oportunidades y refuerzo de la autonomía para las personas con discapacidad, sin por ello bajar la guardia en el reto constante que supone la seguridad vial.