#MeToo, y la ONCE, también
El año 2017 culminó con la figura de la mujer, y en concreto la lucha por su dignidad y contra el acoso, como referencia global que removió los pilares de la sociedad occidental. Un proceso que arrancó al otro lado del Atlántico -y ligado en principio al ámbito de las figuras cinematográficas- pero que pronto se transformó en un tsunami que saltó fronteras y continentes al punto de que la prestigiosa revista ‘Time’ acabó nominando Persona del año al colectivo de mujeres que rompieron el silencio sobre el acoso sexual que venían sufriendo desde hace décadas, encarnadas en el movimiento #MeToo que ha inundado las redes sociales en todo el mundo.
Y el año que comienza no ha hecho sino tomar el testigo, como evidenció el 7 de enero la gala de entrega de los Globos de Oro, teñida nuevamente del color negro con que ha querido identificarse esta denuncia que ha adquirido ya proporción universal.
Una profunda preocupación global a la que no ha sido tampoco ajena la ONCE, comprometida de siempre con los criterios generales de la igualdad, a cuya defensa y garantía ha consagrado por cierto un Observatorio que vigila su cumplimiento en todo su Grupo Social. Diseñó igualmente un Plan de Igualdad que, entre otros muchos aspectos, contempla la abierta lucha contra el acoso sexual o por razón de sexo o de diversidad sexual en su propio ámbito laboral. Pues, desde el ADN de nuestra entidad esta grave vulneración de los derechos humanos constituye uno de los más graves atentados contra la dignidad personal de sus trabajadores y trabajadoras. De hecho, a lo largo de este 2018 va a actualizar su correspondiente Protocolo de Actuación en esta materia, con el objetivo específico de incorporar los casos de acoso por razón de diversidad sexual y de reforzar su objetivo central: establecer un método de prevención y de rápida solución ante las reclamaciones por acoso que puedan presentarse.
Al efecto ha elaborado un sencillo vídeo de clarificación y orientación para cualquier posible caso de acoso por razón de sexo que pueda manifestarse en su correspondiente centro de trabajo. Porque al frente de sus valores fundacionales la ONCE pondrá siempre la defensa de la igualdad de derechos para todas y todos sus miembros; y la de su dignidad personal, cuya vulneración no puede permitir jamás y menos aún en su propio seno.