El Día del Padre es una fecha muy señalada en nuestro país por múltiples razones y, en concreto en materia de juego, fiel a su tradición, por ser el día en el que se celebra nuestro tradicional Sorteo Extraordinario que lleva su nombre y que, año a año, se consolida como un producto de gran interés para una gran parte de los clientes.

Pero, ¿qué pasa el 19 de marzo? Pues que se trata de una fecha muy conocida en España por conmemorarse el Día de Padre, jornada en la que la tradicionalmente quienes lo son se convierten en protagonistas y son objeto de regalos, fiestas y agasajos. En el calendario litúrgico, además, se conmemora la festividad de San José, habiendo dado paso el hecho religioso a un fenómeno económico que ha multiplicado su interés e importancia comercial, como sólo algunas otras pocas fechas se puede comparar: el Día de la Madre, el de los Reyes Magos, etc.

Hace ya más de una década, la ONCE supo leer el futuro y anticiparse a estas tendencias del consumo, estableciendo un ítem importante que utilizando como palanca fecha tan señalada permitiera crear y desarrollar un sorteo ligado a la misma.

Con el paso del tiempo este Extraordinario ha ido arraigándose en la sociedad y fortaleciendo su imagen de marca, hasta convertirse en un símbolo que ya no puede faltar en el calendario de productos de lotería. Su presencia, grado de conocimiento, y la extraordinaria cuantía de su premio mayor que se eleva hasta la mareante cantidad de 17 millones de euros, le otorga un carácter singular, muy atractivo y competitivo, con adeptos y fieles compradores que, de una forma responsable, no están dispuestos a dejar pasar esa fecha sin realizar un brindis a la ilusión y a la esperanza para convertirse en millonarios.

Este 5 de febrero se levanta así el telón y comienza la venta del cupón del Sorteo Extraordinario del Día del Padre, primer sorteo de estas características del año, con el objetivo de superar la cifra de ingresos conseguida en la edición anterior.

Como si de un continuo se tratara, quizás no convenga perder la perspectiva de contemplar desde la globalidad los Sorteos Extraordinarios del Padre y de la Madre, como fases consecutivas de una misma atmósfera emocional, en la que hay una primera y una segunda oportunidad por conquistar el futuro con la ya indicada cifra de los 17 millones de euros, y ello porque, sin interrupción, al día siguiente del Sorteo Extraordinario del Día del Padre (19 de marzo), se inicia inmediatamente el periodo de comercialización del Sorteo Extraordinario del Día de la Madre, con ese denominador común que les une -tanto su precio como la estructura de premios-, lo que facilita su comprensión por parte del público en general.

Además, estos últimos años, las líneas de comunicación que contribuyen tanto a la difusión del producto como al fortalecimiento de su marca, han ido estableciendo un vínculo de emotividad entre el homenaje al padre (y en su caso a la madre), a través de un regalo con el hecho lúdico de convertir ese regalo en una potencial esperanza o ilusión de ser millonario. No se trata de regalar un perfume, una corbata o un complemento, sino que se regala un intangible emocional que vincula el sentimiento de afecto o cariño con la materialidad tangible de dinero contante y sonante, por lo que la estrategia de establecer este tipo de vínculos entre los hechos sociales y el azar, parece bastante apropiada a la hora de propiciar la obtención de interesantes resultados comerciales que permitan a una institución como la ONCE afianzar sus ingresos convirtiéndolos en acciones o planes de solidaridad.

Ya no sólo se compra un cupón del Sorteo Extraordinario del Padre para convertirse en potencial ganador, sino como posible regalo a una tercera persona con la que se tiene establecido previamente un nexo afectivo o de cariño y a quien se desea que la suerte le sonría, es decir que le toque el premio... En la gran mayoría de los casos, esa persona será precisamente un padre.