Carmen Facorro, vendedora de la ONCE en la Territorial de Galicia (Agencia de Lugo) fue galardonada -el pasado mes de febrero- con el premio a la mejor vendedora de esa Delegación durante el año 2017. Carmen atiende diariamente a sus clientes  en la esquina de la Avenida de La Coruña lucense con la Calle Curros Enríquez. Es una vendedora muy querida y apreciada entre los vecinos y comerciantes de esta entrada principal a la ciudad de la muralla  desde el polígono del Ceao, ubicado a las afueras de Lugo. Un entorno de gran y variada actividad comercial: bares, cafeterías, supermercados, bancos, tiendas y altos edificios. Y también con elevada circulación de vehículos.

Ya con cierta perspectiva, ¿cuáles son los mejores recuerdos que le quedan del emotivo fin de semana de celebración del evento ‘Vendedor del Año 2017’?

Pues los ratos que estuvimos juntos todos los galardonados... Fueron momentos muy sensibles y bonitos. Se puede decir que inolvidables.

¿Cómo valora el conjunto de actividades llevadas a cabo durante aquel fin de semana?

Fue estupendo, maravilloso. La organización estuvo pendiente de nosotros en todo momento. Nosotros, junto a los compañeros de Cantabria, fuimos los últimos en irnos, y estuvieron con nosotros hasta el último momento.

¿Algún momento especialmente entrañable o personalmentte impactante?

La cena de gala, ya que para cada uno de los galardonados vivimos un momento especial muy emocionante.

¿Qué opina, en general, de las acciones de reconocimiento o motivación de los trabajadores que puede llevar a cabo una empresa o Institución como la ONCE?

Que te reconozcan el trabajo diario y tu esfuerzo, ya es algo que motiva. Tú trabajas por ti, pero la empresa al final te lo agradece... Creo que por esta experiencia deberíamos pasar todos los vendedores, porque te da mucha fuerza e ilusión para continuar trabajando.

¿Es entonces importante que la ONCE reconozca el trabajo y el esfuerzo que realizan las personas que integran su red comercial?

Desde luego. Estar cara al público todos los días es muy duro, desgasta mucho, aunque a la vez es una vivencia que también resulta muy enriquecedora.

Haber sido reconocida ‘Vendedora del Año 2017’ en Galicia ¿ha generado algún tipo de  eco o repercusión entre clientes y compañeros?

Sí, de hecho incluso entre público no habitual suscitó curiosidad, y muchos se acercaban a mí para comprar algún producto... Entre mis clientes habituales hubo además muestras de alegría y felicitación. Prueba de ello es que durante el mes de febrero mis ventas  aumentaron, y es que las noticias corren como la pólvora...

¿En qué ha cambiado su vida profesional o personal esta circunstancia?

Pues que tengo más vaciles (risas)... En fin, me siento muy orgullosa, mis padres tuvieron un subidón de felicidad y mis compañeros también me vacilaron... Da mucho ánimo. Aunque procuro mantener los pies en la tierra, es como un subidón de energía que te ayuda a trabajar con más fuerza.

¿Qué aconsejaría a sus compañeros para convertirse en futuro próximo mejor  ‘Vendedor del Año’?.

Pues no sé... Que hagan su trabajo de la mejor manera, con humildad, con honestidad y con una sonrisa. Nuestra labor es el día a día, cuidar a nuestros clientes, porque es con su colaboración con la que contamos todos los días.

Personalmente, agradezco a la ONCE la posibilidad de haber vivido esta experiencia... La verdad es que nunca se me pasó por la cabeza que pudiera conseguir este galardón. Y agradezco a mis compañeros su ayuda y cariño. Dentro de cinco años espero volver.