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Luis Clemente: "Leer con los dedos te seda"

Luis Clemente leyendo en braille ante la atenta mirada de su primer perro guíaAcaba de recibir el XXVII Premio Glauka de la asociación 'Amigas de la Lectura', en Cuenca

Caballero andante. Las palabras carecen de secretos para él. Las lee y relee para que adquieran todos los sentidos y desvelen misterios guardados con dependencia del tiempo de lectura, de las vivencias personales, de... quién sabe. Porque cada libro tiene su razón de ser, en cada momento de la vida, para ser leído. Valga, pues, como presentación para quien ha sido galardonado (el 25 de abril) con el prestigioso Premio Glauka, que otorga la veterana asociación conquense ‘Amigas de la Lectura’, por fomentar, promover y divulgar la lectura sin barreras a través de los talleres ‘Letras Mágicas’ y ‘Quijote’, coordinados con tanto acierto por Luis Clemente, ciego desde hace casi tres décadas. Abrimos así alguna página de su trayectoria vital...

Echamos la vista atrás. Villares del Saz (Cuenca) le vio nacer en 1951: “ya estamos en los 67 años”, nos matiza certero, aunque se muestra parco en detalles personales, compensados por las curiosidades y múltiples explicaciones que comparte cuando relata su trabajo. Cómo organiza y coordina sus actividades en sendos talleres de lectura ‘para todos’, aunque la mayoría aplastante de participantes (¿o deberíamos decir participantas?) sean féminas.

“Como en la Real Academia, cada miembro tiene asignada una letra (desde la A mayúscula a la Z y luego las minúsculas). Actualmente en el taller ‘Letras Mágicas’ estamos en la ‘m’ minúscula. Si echamos cuentas, andaremos por las 40 personas... Es fácil saberlo formato MP3 audio(1,15 MB), dice, al tiempo que detalla que “varones” sólo son cuatro. La letra muda -“la ‘H’ mayúscula”, puntualiza- es la suya en tan original club de lectura. “La heredé de otra ‘letra mágica’ ya fallecida”, evoca con nostalgia a Laly. “Empecé con la ‘W’ y he subido a la ‘H’... Al fin y al cabo hay que tener un poco de imaginación y jugar un poco con estas cosas para que resulte más fácil y ameno, pues todo ayuda a involucrarnos y mantener el espíritu de la lectura”, añade no sin cierto aire de reflexión formato MP3 audio(0,48 MB).

Luis Clemente camina junto a su perro guía Keisa (imagen en blanco y negro) Bajo su coordinación se mantienen reuniones semanales, con un libro mensual entre manos para leer y comentar entre todos -o mejor casi digo ‘entre todas’- los pormenores de la obra elegida. Novelas de todo tipo y género literario. ‘Morderás el polvo’ (de Roberto Osa), el clásico ‘La tía Tula’ (de Miguel de Unamuno), ‘La tesis de Nancy’ (de Ramón J. Sender), ‘Patria’ (de Fernando Aramburu) o ‘¿Quién quiere ser millonario? (de Vikas Swarup) son algunos de los títulos recreados, sí, recreados por cada uno de los lectores y luego compartidos y reinterpretados, a la postre, por el grupo de lecturas del taller Letras Mágicas. “Para mí lo más importante, como lector, es que cada libro es algo diferente para cada uno. De manera que recreamos por nosotros mismos la lectura del libro independientemente de la que hiciera el autor”, argumenta Luis formato MP3 audio(0,84 MB). Un empedernido lector, apasionado siempre de las letras y estudioso (‘cuasi’ experto) de la obra maestra de Miguel de Cervantes. Una docena de lectores/as participa del taller del mismo nombre ‘Quijote’, en la Biblioteca Pública ‘Fermín Caballero’, para releer, redescubrir y comentar las hazañas andantes del famoso hidalgo del Toboso. 

La versión de uno mismo vira cuando menos lo esperas, o quizá sí. La ceguera sobrevenida, pasados los 40 años, truncó su profesión de perito agrícola. Le costó remontar ¡sin duda! hasta que redescubrió su fuerza innata de superación. “No te puedes quedar en casa sentado en un sillón. Me lancé a la calle y cambié mis perspectivas”, confiesa formato MP3 audio(1,24 MB). La práctica deportiva la retomó con guía y así ha corrido y ganado en más de una maratón; y para leer y escribir aprendió braille en la ONCE, claro.

Estar al día con las nuevas tecnologías le ayuda también a comunicarse y le facilita escuchar un libro o escribir el anual relato costumbrista para regocijo de sus paisanos, que lo ven publicado en el Libro de las Fiestas de la Cruz de Mayo de su pueblo natal.

Se declara “braillista”, con algún que otro matiz, pues considera que su tacto “no está a flor de piel” para leer tan rápido como le gustaría. Constancia es su rito diario; la paciencia, una virtud. Algo tendrá que ver el perceptible relieve de los seis puntitos del sistema de lectoescritura utilizado por las personas ciegas de todo el mundo...“Te seda un poco leer con los dedos”, concluye formato MP3 audio(0,93 MB).

Genoveva Benito