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La prueba del algodón de un liderazgo social

Las empresas son iniciativas privadas para las que la rentabilidad es condición inexcusable de su propia subsistencia. La ONCE no es evidentemente una empresa, sino una entidad de derecho público, presente sin embargo como activo agente de la economía social, por sí misma y a través de todo el Grupo Social que ha gestado en su entorno tras 80 años de fecunda historia. Por ello, el reconocimiento del más acreditado observatorio del prestigio corporativo en nuestro país, el ranking Merco, no puede por menos que llenarnos de un justificado orgullo que trasciende (aunque no olvida) nuestros resultados corporativos. Porque la Organización ha sido capaz de encarar en el último decenio una de las más graves crisis económicas vividas en nuestro país, remontando en los últimos tres ejercicios con tanta determinación como transparencia. Y especialmente satisfecha, también, porque este inmediato pasado de recuperación contable coincide con su imparable ascenso en este ranking de prestigio corporativo que se elabora a partir de los criterios de los propios empresarios, de los profesionales y consumidores; es decir, de la sociedad en su conjunto que, como nos reconforta especialmente -según apuntan las conclusiones del estudio-, nos valora cada día con más nitidez por nuestra condición de ‘grupo’ y por nuestra dimensión ‘social’.

Todo ello se ha traducido en un ascenso imparable, que nos sitúa diáfanamente en el top ten del último ranking “Merco Empresas y Líderes”, con un 8º puesto al que sólo pueden aspirar los mejores y los más prestigiados grupos corporativos del país.

Nuestro principal activo no es la mayor facturación, aunque ésta lleva creciendo sostenidamente desde 2015; ni nuestra expansión comercial, pese a ser la única ‘marca’ con presencia prácticamente absoluta en todas y cada una de las calles y plazas de los pueblos y ciudades de España; ni siquiera nuestra enorme plantilla global, superior a los 70.000 empleados en las diferentes áreas del Grupo... No, somos conscientes de que -con resultar espectaculares- no son estos datos estadísticos los que encierran, por sí solos, la clave de nuestro prestigio corporativo. Buena parte de las corporaciones nacionales y multinacionales que aparecen más atrás en este selecto listado de las mejores 100 empresas de España podría superarnos si no fuera por otro activo en el que el Grupo Social ONCE muestra que no tiene competidor: su crédito social. No casualmente aparece no en el octavo sino en el primer lugar del ranking según la opinión de consumidores y de los miembros de ONG de todo el país. No hay mejor prueba del algodón.