Fundación ONCE aprobó un total de 1.275 proyectos en 2017 destinados a promover el diseño para todas las personas y lograr la accesibilidad universal. Según recoge la Memoria de Accesibilidad correspondiente a 2017, que acaba de presentar públicamente, estas actuaciones supusieron un compromiso de gasto de más de 17 millones de euros. Apostar por la accesibilidad universal es una condición imprescindible para lograr la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad y ese es uno de los objetivos prioritarios de Fundación ONCE desde su nacimiento. Para alcanzar esta misión se establecen varias líneas estratégicas, desde el asesoramiento hasta el fomento de la investigación e innovación, pasando por la formación o difusión, habitualmente a través de la creación de redes y alianzas, aunque sin olvidar el apoyo directo a personas con discapacidad y a sus organizaciones.

La memoria detalla la actividad desarrollada por Fundación ONCE en materia de Accesibilidad Universal en 2017, estructurada en diversas áreas. La primera de ellas se refiere a la actividad institucional, un apartado que incluye los convenios con distintas entidades y que en 2017 supusieron un 7,4% más respecto a 2016.

¿Pueden las personas ciegas o con grave discapacidad visual disfrutar del paisaje mientras viajan en coche?... Una cámara acoplada al propio automóvil, un sistema de transformación de la imagen en vibraciones y una ventanilla ‘inteligente’ que las reproduce al tacto son los tres elementos constitutivos de 'Feel The View', un prototipo que pretende hacer frente a ese reto sensorial a través de la tecnología. Se ha desarrollado en Italia por Ford, junto a GTB Roma en colaboración con Aedo, empresa transalpina especializada en dispositivos para personas con discapacidad visual, y aunque de momento es sólo un prototipo, sin producción en serie programada, ha despertado una enorme expectación.

El CERMI ha instado a Renfe Operadora, compañía estatal de ferrocarriles, a extender su 'tarjeta dorada' a todas las personas con discapacidad para que éstas puedan beneficiarse de sus ventajas tarifarias. En sus condiciones actuales, a la tarjeta dorada de Renfe pueden acogerse los mayores de 60 años, los pensionistas por incapacidad de la Seguridad Social y las personas con discapacidad con un grado igual o superior al 65%.

Ello deja fuera de cobertura a la mayor parte del universo de personas con discapacidad, por lo que el CERMI solicita a Renfe la ampliación de estos segmentos sociales de personas beneficiarias, aptos para acogerse a la 'tarjeta dorada'.

A pesar de que este instrumento facilitador de los traslados no es un beneficio social de carácter oficial, como el descuento a familias numerosas, sino una decisión libre de la compañía ferroviaria dentro de su estrategia comercial, el CERMI entiende que Renfe debe extender el acceso a esta credencial a todas las personas con discapacidad en el marco de su política de responsabilidad social y compromiso con la comunidad.