Organizados por la Comisión Europea, Bruselas acogió, el 5 y 6 de junio, los denominados Días Europeos de Desarrollo (EDD por sus siglas en inglés) con el objetivo de compartir ideas y experiencias entre los distintos agentes que trabajan en el ámbito de la cooperación de forma que inspiren nuevas alianzas y soluciones innovadoras para los desafíos más apremiantes del mundo. En la edición de este año, los EDD contaron con la participación de más de 40.000 personas procedentes de 150 países, que representaron a 4.500 organizaciones de las áreas de cooperación al desarrollo, los derechos humanos y la ayuda humanitaria. Entre ellas,  diversas organizaciones  y entidades españolas, como la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), que pusieron el foco en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres como uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) integrados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Entre las actividades programadas, la Agencia Española de Cooperación (AECID) llevó a cabo un Lab Debate denominado "Mujeres y niñas con discapacidad", la jornada del  5 de junio, en la que participó la técnico de la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), Beatriz Martínez, dentro de un debate general sobre la necesidad de impulsar dentro de la propia Agenda la Igualdad de Género, con medidas referidas a las mujeres y niñas con discapacidad. 

La aportación de FOAL en este evento fue presentar los  proyectos que está desarrollando en todos los ámbitos, y especialmente el nuevo programa “FOAL Violeta” que, como reto de futuro, pretende empoderar a las mujeres y niñas con discapacidad visual de la región latinoamericana. Expuso que el objetivo de FOAL es que la mujer, y todos los aspectos que a este colectivo concierne, esté presente de manera transversal en todos sus programas, “ya que la realidad de las mujeres ciegas latinoamericanas es muy desfavorable en muchos aspectos: son víctimas de violencia en un alto porcentaje, no existen políticas que las consideren o tengan en cuenta... Son totalmente invisibles. Y en este sentido recomendé que las organizaciones que estábamos allí realizáramos dentro de los programas de mujeres, acciones duales, las generales y las específicas para mujeres con discapacidad, contemplando diversos elementos como la accesibilidad”, manifiesta Beatriz Martínez (0,26 MB). Para ello, se quiso propiciar el intercambio de buenas prácticas e iniciativas potencialmente extrapolables, así como ayudar a detectar datos fiables, desafíos normativos y servicios inclusivos a todos los niveles.

Junto a Beatriz intervinieron Amalia Diéguez, de la Fundación CERMI Mujeres; Carmen Ruiz, de  la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), Luis Mora, del Fondo de Población de Naciones (UNFPA) y Mayte Antona, periodista de la Agencia Servimedia y moderadora del panel.

El debate, que dibujó la radiografía de la situación de las mujeres con discapacidad en los países pobres, así como las políticas y proyectos de desarrollo relacionados con la mujer, enfatizó, como conclusión, la necesidad establecer más cauces de colaboración entres entidades y organizaciones para tener un mayor impacto legislativo que llegue a todos los ámbitos en los que las mujeres y niñas con discapacidad deben estar presentes, como la educación, el empleo, el acceso a la justicia, etc.

Datos globales

Casi el 15% de la Población Mundial sufren algún tipo de discapacidad a lo largo de su vida, mientras que en los países en desarrollo la cifra puede aumentar hasta un 20%, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 19,2% de la población femenina en el mundo son mujeres y niñas con discapacidad y, a nivel global, más de 180 millones de personas de entre 10 y 24 años viven con una discapacidad mental, psicosocial, física o sensorial, siendo el 80% de ellas habitantes de países de renta baja. Las mujeres con discapacidad tienen 10 veces más posibilidades de sufrir violencia sexual que las mujeres sin discapacidad. Además, muchas de ellas tienen que hacer frente a barreras para acceder a la información y educación, a políticas y servicios inclusivos en materia de empleo y a servicios de salud en el ámbito sexual y reproductivo, todos ellos integrales, adaptados y libres de cualquier signo de discriminación y prejuicio.