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Francisco Ibáñez: "Estuve a punto de pescarlo, pero... no era para mí"
Cerca de 9.600.000 euros ha repartido en pocos días en Mallorca entre el 'Cuponazo' y el cupón diario
La suerte viaja en scooter eléctrico. O mejor dicho, así la reparte por su isleña tierra balear, en Marratxi (Mallorca), el agente vendedor de la ONCE Francisco Ibáñez Perelló, de 50 años y con una veteranía de ocho vendiendo los productos de juego de la Organización. Ha saltado a la fama y eso que se niega a salir en la tele. Con tan sólo 12 días de diferencia ha corrido de su mano una lluvia de millones... Los nueve del Cuponazo del sorteo del 8 de junio, más nueve cupones premiados con 25.000 cada uno (9.225.000 euros); y suma y sigue con los 10 premiados (350.000 euros) del cupón diario del sorteo del miércoles 20 de junio. “La media ha estado bien... Lo que no he hecho en ocho años lo consigo en 12 días”, declara riendo mientras no pierde comba atendiendo a sus clientes. “Estoy muy contento, la verdad”, asegura, y al tiempo nos confiesa que “estuve a punto de pescar un premio, pero... no era para mí (0,25 MB)”.
Y es que Paco, como le conocen sus clientes y amigos, ha jugado a la ONCE “de toda la vida”, y ahora no iba a ser menos, claro. Así, se reserva, de las tiras de cupones que lleva, ¡uno diario! La fortuna, de hecho, le rozó el día 20 cuando, poco antes del sorteo del cupón, nos cuenta, “sobre las nueve menos diez, vendía el último número premiado con 35.000 euros”. De no haberlo vendido (0,67 MB), se lo hubiera quedado para jugarlo él mismo. ¡Un buen piquito económico, sin duda! Para “tirarse de los pelos”, bromea. Y es que no es para menos, pensó al enterarse del número premiado, más cuando se percató de que el cupón de marras era él mismo que desestimó su cuñada cuando, como cada día, fue a comprarle uno a su puesto de venta. ¡Vamos, que no estaba el premio para la familia!
Francisco desconoce quién se ha llevado el Cuponazo. Nadie se ha pronunciado ni se ha dejado ver con una sonrisa de oreja a oreja (0,57 MB) por esos lares. El afortunado, o afortunada, “ni ha respirado ni ha dicho nada”, apunta. Aunque espera que haya sido alguno de los clientes habituales que conserva sobre todo en la localidad de Ses cases noves, en cuyo pequeño centro comercial reparte la suerte en bares, restaurantes, peluquería canina y otros negocios allí reunidos. Por la tarde es otro cantar: un ir y venir de clientela fija, pero también eventual, que sale y entra del centro Alcampo ubicado en Marratxi, a poco más de un kilómetro de su punto de venta mañanero.