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Microsoft, Google, Apple..., las grandes tecnológicas se alían para la traducción braille de las pantallas táctiles

La nueva tablet con línea braille sobre la pantallaLo que parecía imposible se ha hecho realidad: Apple, Microsoft y Google han sellado una alianza en cuya clave está el apoyo a las personas ciegas, y en concreto su accesibilidad a los dispositivos móviles con pantallas táctiles. “Se trata de una noticia sin duda alentadora e interesante”, nos confirma Guillermo Hermida, director del Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica (CIDAT)Abre Web externa en ventana nueva de la ONCE.

“El acuerdo consiste en crear un estándar de conexión USB para dispositivos como las líneas o tabletas braille. Hasta hoy, cada fabricante creaba sus propios drivers para cada plataforma, de modo que no todos los dispositivos eran compatibles con Windows, MAC o dispositivos Android. Ahora con este nuevo estándar, los dispositivos serán plug-play, es decir, que el usuario sólo tendrá que enchufarlo y el sistema operativo lo reconocerá automáticamente”, explica el responsable del centro de investigación de nuestra entidad, en torno a la aparición de este nuevo estándar USB HID (dispositivo de interfaz humana) para dispositivos de braille. Las personas ciegas sólo tendrían, en consecuencia, que conectar su dispositivo por USB, por ejemplo un teclado braille, sin necesidad de configurarlo especialmente ni de instalar nuevos drivers específicos.

Una persona ciega trabaja en un teclado de ordenador adaptado con línea brailleAunque Microsoft ha señalado que espera que el soporte de este nuevo estándar empiece a estar disponible en 2019, en unas recientes declaraciones a ‘El Economista Digital’Abre Web externa en ventana nueva, el propio Hermida reflexionaba sobre estos avances que vienen a complementar el esfuerzo tecnológico en conversores de voz con los que las personas ciegas vienen afrontando la accesibilidad a los dispositivos de pantalla táctil y matizaba su aplicabilidad. El acuerdo Microsoft-Google-Apple ha permitido desarrollar un estándar USB compatible con Windows y también con los móviles IOS y Android, pero afronta diversos problemas, el principal -como es habitual en este sector-es el precio, pues los primeros prototipos oscilan entre los 1.100 y los 3.000 euros, según el número de caracteres braille que puedan reflejar en pantalla.

Es obvio que se trata de un mercado limitado, en el que no puede acudirse a producciones masivas que abaraten el precio final de cada aparato. Pero, “el quid está también en el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan hacer lo mismo reduciendo esos costes”, reflexiona Hermida. “Avanzar hacia modelos que generen texturas a través de componentes electromagnéticos que alteran diferentes superficies”, apunta, al tiempo que denuncia la diferencia de apoyos y subvenciones oficiales existentes en nuestro país frente a las que gozan las personas con discapacidad visual en los países más socialmente avanzados de Europa.