Medallas y marcas que dejan huella
El periodo estival es territorio de citas de alto nivel en los más diversos deportes; también en el ámbito paralímpico. El verano que culmina ha sido testigo, entre otros destacados eventos, del Mundial de Ciclismo y de los Europeos de Natación y de Atletismo: un auténtico tour de exigencia para testar el estado del deporte practicado por personas con discapacidad en todo el mundo, y para tomar el pulso de su nivel en los diferentes países de nuestro entorno. Y España no puede sino sentirse orgullosa de esta prueba de fuego, superada con nota, una vez más, en las diversas disciplinas. Nuestro país viene defendiendo desde hace ya un cuarto de siglo (con el rubicón de los Juegos de Barcelona) un merecido puesto en la élite paralímpica mundial. Rubricada estas últimas semanas con la conquista de una auténtica colección de medallas, más de 90 en total, en las exigentes competiciones paralímpicas en que ha competido.
El deporte que practican personas con discapacidad es, de hecho, un elemento clave de nuestra proyección internacional. Fruto del esfuerzo diario de sus protagonistas, pero también de la apuesta del Estado por una bandera que nos otorga prestigio en el ámbito mundial y del compromiso de empresas e instituciones que -como el Grupo Social ONCE- entienden el deporte como instrumento de primer orden para la integración y la lucha por la igualdad, en el marco de sus acciones de responsabilidad social corporativa. Estamos pues ante el fruto de una contribución indispensablemente coral.
Como es habitual en este ámbito, uno de los principales retos a los que se enfrenta el éxito (reflejado en marcas y, por tanto, en medallas que las acreditan) es su proyección a través del relevo generacional de mujeres y hombres dispuestos a consagrar buena parte de sus vidas a llegar más alto, más fuerte, más rápido. En su especial cuidado, en el mimo con que impulsar, y exigir al tiempo, a los más jóvenes para que tomen el testigo de los veteranos, radica la clave de una potencia internacional en lo deportivo como en tantos otros ámbitos. Parece que en este terreno no lo estamos haciendo nada mal.
Los resultados deportivos hablan por sí mismos, pero sobre todo contribuyen a elevar y a trasladar a toda la ciudadanía un orgullo de país en el que la inmensa mayoría de los españoles se reconoce y comparte.