El pasado 15 de octubre se celebró en todo el mundo el Día Internacional del Bastón Blanco, una jornada que, desde 1970, las asociaciones e instituciones de y para ciegos dedican a dar a conocer a la sociedad -especialmente a través de los medios de comunicación- las necesidades y derechos de las personas con discapacidad visual.

Por ello, un año más la ONCE aprovechó el marco conmemorativo para reivindicar una mayor presencia del braille en los productos de consumo. Lo hizo a través del Manifiesto (0,80 MB) “Por el derecho de las personas ciegas a disponer de productos de consumo etiquetados en braille”, con el que quiso trasladar a la opinión pública la necesidad de que las administraciones tomen conciencia de las barreras de accesibilidad para las personas ciegas y con graves problemas de visión; concretamente la dificultad de uso, manipulación y consumo de envases de alimentación, higiene y limpieza que no pueden identificar, al no contar con un paralelo etiquetado en braille.

Representantes de 20 empresas locales, provistos de sus correspondientes antifaces, se pusieron en la piel de una persona ciega durante su participación en el ‘desayuno a ciegas’ convocado por el Grupo Social ONCE con el objetivo de fomentar la sensibilidad hacia la extensión de la inclusión laboral de personas con discapacidad

El acto, celebrado en Logroño el pasado 24 de octubre, fue presentado por Unai Vinós, gerente de Facility Services ILUNION en La Rioja, y contó con el consejero de Políticas Sociales, Familia, Igualdad y Justicia de la Comunidad Autónoma, Conrado Escobar, y otros representantes del Grupo Social ONCE.

La Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (PREDIF) de Castilla y León protagonizó el pasado 18 de octubre una singular iniciativa en Valladolid, con la participación de medio centenar de personas con discapacidad, que visitaron diversos establecimientos de diferente tipo de la ciudad para valorar su accesibilidad e incluirlos en la aplicación sobre Turismo Accesible que impulsa PREDIF.

El concello de A Laracha, en la coruñesa comarca de Bergantiños, se está convirtiendo en un auténtico referente por su esfuerzo en favor de la accesibilidad sensorial, especialmente en lo referente a su patrimonio municipal. Para lo que ha presupuestado una inversión global de 15.000 euros.

Con la colaboración de Turismo de Galicia, ha puesto en marcha un programa de instalación de señalética adaptada, en braille y relieve, mediante pequeñas ‘mesas interpretativas’ y paneles en los principales puntos de referencia turística: el paseo marítimo de Caión, el campo de la feria de Paiosaco, la Praza do Concello, el área recreativa de Gabenlle y el entorno del monasterio de San Pedro de Soandres. Incluyen información turística en braille y un plano esquemático de la zona, en relieve, teniendo previsto incorporar además códigos QR que amplíen estos datos mediante una aplicación móvil.