El presidente del CESE elogia el ‘pionero’ modelo de inclusión del Grupo Social ONCE
“Gracias a la ONCE, las personas con discapacidad han dejado de ser receptoras de ayuda para convertirse en protagonistas de su futuro”, manifiesta el presidente del Comité Económico y Social Europeo (CESE), el italiano Luca Jahier, en una entrevista concedida a nuestra revista ‘hermana’, Perfiles
, en su edición del presente mes de noviembre. El presidente de este órgano consultivo que representa a las organizaciones de trabajadores y de empresarios europeas, resalta la labor del Grupo Social ONCE y el modelo que impulsa que califica como “pionero en Europa”, pues de hecho reconoce que muchas otras organizaciones “lo han copiado”.
Jahier se refiere a la creación de empresas con apoyo, tipo centros especiales de empleo, pero también a la incursión del Grupo ONCE en el ámbito empresarial ordinario, con sus redes de hoteles o lavanderías, o en otros muchos sectores, con empresas “en las que -destaca- las personas con discapacidad están al mando”, una iniciativa que en su opinión ha supuesto “una importante contribución a la economía española”, al poner en valor una fuerza de trabajo que antes estaba fuera de ella. Por todo ello, el presidente del CESE felicita a la entidad, que este año celebra su 80 aniversario, con un “feliz cumpleaños ONCE, gracias por existir”, según recoge la agencia Servimedia.
Economía social
Jahier explica que la economía social aporta “un gran valor añadido a la sociedad”, y pone como ejemplo los años más duros de la crisis en los que supo “tender puentes entre el sector público y el privado”, entre entidades con y sin ánimo de lucro, reclamando para él en el futuro “una agenda clara y común, que al tiempo proteja su diversidad en Europa”. En ese contexto valoró la contribución en nuestro país de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (Cepes), y su capacidad para lograr una amplia revisión de la ley general del Tercer Sector y de la economía social y su contribución al desarrollo del sector en toda Europa, a través de la plataforma europea de la economía social 'Social Economy Europe' (SEE).
Se refiere también a la contribución del Fondo Social Europeo (FSE) cuyas políticas de cohesión constituyen, afirma, “una inversión en lo social que plasma claramente los valores fundamentales de Europa”, aunque lamenta la lentitud y burocracia de su implementación, pues recuerda que, “cuando faltan dos años para que finalice el programa, sólo el 20 o 25% de los fondos se han comprometido o invertido como media en Europa”.
Por todo ello expresa su confianza en que el próximo periodo legislativo (hay Elecciones al Parlamento Europeo en 2019) priorice “una evaluación clara y conjunta de lo que se ha hecho en Europa en el ámbito de la economía social”, que nos ofrezca datos fidedignos sobre el impacto de la inversión social.
También hace referencia concreta a la directiva europea sobre Contratación Pública, pues ha abierto -asegura- un espacio para las empresas sociales, pero se ha materializado de formas muy diversas en las distintas legislaciones nacionales, “lo que precisa una revisión”, concluye.