El mundo entero festeja la declaración por la ONU del 4 de enero como Día del Braille
Una decisión simbólica que los representantes de las personas ciegas de todo el mundo quisieran ver traducida en la extensión de nuestro sistema de lecto-escritura en todo tipo de artículos de uso cotidiano
La nominación del 4 de enero como nuevo Día Mundial del Braille desató una catarata de actos y celebraciones, que arrancaron en la propia ciudad de Nueva York, con el acto de refrendo en la sede de la ONU, en presencia de numerosas personalidades, encabezadas por el también estadounidense y presidente de la Unión Mundial de Ciegos (UMC)
, Fredric Schroeder.
Un festejo que, en lo que a España se refiere, se ha visto reforzado a este lado del Atlántico por entrar en vigor -el 1 de enero- la adhesión (como si de un Estado parte más se tratara) de la Unión Europea al Tratado de Marrakech, cuyo objetivo es facilitar el acceso a todas las obras publicadas a las personas ciega o con otras dificultades para acceder a textos impresos.
El Tratado establece un conjunto de normas internacionales que garantizan la existencia de limitaciones o excepciones a los derechos de autor a escala nacional en beneficio de estas personas, así como para permitir el intercambio transfronterizo de ejemplares de obras publicadas realizados en un formato accesible, con arreglo a estas limitaciones o excepciones a los derechos de autor.
Por lo que respecta a la Resolución que nomina el 4 de enero (fecha conmemorativa del nacimiento del francés Louis Braille, creador de este código de lecto-escritura), como Día Mundial del Braille responde al acuerdo al respecto de la Asamblea General de la ONU. Su objetivo es concienciar -en todos los países del mundo- sobre la importancia de dicho sistema, que convierte la palabra escrita en una forma táctil para beneficio de las personas ciegas y deficientes visuales.
“Supone un impulso magnífico al braille, que es nuestro principal medio de alfabetización, y por tanto de educación y de plena integración a través del empleo”, resaltó el presidente Schroeder. “La herramienta que nos facilita participar plenamente en todas las actividades de la vida que los demás dan por sentadas”, señala por su parte el expresidente de la Federación Nacional de Ciegos de EE.UU., Marc Maurer.
Reacciones por todo el mundo
Mientras la vicepresidenta 2ª de la UMC, Donatilla Kanimba, pone el énfasis desde Ruanda en la importancia del braille para la alfabetización, “especialmente de los niños africanos”, reivindicando su condición de “derecho humano” e instando a los Gobiernos a garantizar su enseñanza “en las escuelas de todo el mundo”.
Otros expertos y autoridades del sector a escala internacional han expresado también su satisfacción. La exdirectora ejecutiva (y miembro honorario vitalicio) de la UMC, la doctora Penny Hartin, se congratula de la noticia porque -asegura- “pocas innovaciones han tenido similar impacto en la vida de las personas con discapacidad que la invención del braille, fundamental para la independencia y empoderamiento de millones de personas ciegas de todo el mundo”; una herramienta que, además, les permite “escribir y leer con la más simple de las herramientas disponibles y utilizable en cualquier lugar, sin que importen las barreras económicas, geográficas y lingüísticas”, afirma con entusiasmo.
Su colega Martin Abel-Williamson, actual tesorera de la UMC, aplaudía también la decisión desde Nueva Zelanda, reivindicando la presencia del braille en la signación de objetos de uso cotidiano, desde llaveros o agendas a menús de restaurantes o etiquetas para las botellas de vino: “el braille nos permite mantenernos en contacto, relacionarnos en forma directa con la palabra impresa y eso, por sí mismo, puede ser una experiencia entrañable. Pero, en última instancia, somos nosotros los que tenemos que interactuar con el braille. Depende de nosotros seguir conectando los puntos, trazando los caracteres para formar palabras con significado, porque es el único verdadero equivalente a la letra en escritura ordinaria. El braille es nuestra piedra de toque de la alfabetización”.
Las reacciones no han dejado de sucederse desde todos los rincones del mundo, y así la vicepresidenta del Instituto Canadiense para Ciegos (CNIB), Diane Bergeron, se congratulaba de la nominación para la fecha de nacimiento de Braille, “que -afirma- brindó un medio de acceso al mundo de lo impreso a las personas que han carecen de visión. El braille significa alfabetización y abre las puertas a oportunidades de educación y empleo. Nos permite alcanzar nuestras metas y convertir nuestros sueños en realidad”.
Finalmente, el secretario general de la UMC, el indio Ajai Kummar Mittal, resaltaba cómo utilizar regularmente el braille es “la clave para que las personas ciegas mantengan una buena ortografía, así como para abordar temas que requieren un estudio intensivo: matemáticas, ciencias, geografía, gramática, semántica, fonética, etc. Tiene para nosotros una importancia crítica como fuente de empoderamiento”.