El judoka con discapacidad visual aragonés Sergio Ibáñez no se cansa de alcanzar hitos que hacen historia en nuestro deporte paralímpico. El último, su participación, dentro del seleccionado español absoluto, en el Open Europeo de Lisboa  (los pasados 2 y 3 de febrero) donde hubo de enfrentarse a deportistas sin discapacidad. Una prueba de peso, además, dentro del calendario de la Federación Internacional de Judo, pues -como Open continental- es puntuable para la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Era la primera vez que un deportista paralímpico español participaba en una competición absoluta de judo de este nivel, pero recordemos que Ibáñez, de sólo 20 años, ya se proclamó en diciembre último subcampeón en el Campeonato de España absoluto. El único precedente nacional de participación de uno de nuestros judokas en una prueba oficial internacional es el de David García del Valle, que cayó en Helsinki (en 2006) en su primera pelea frente al francés Yohan Roussel, en la categoría de menos de 60 kilos, la misma, por cierto, en la que compite Ibáñez.

Éste acudió junto al resto de componentes de la selección española a un escenario de recuerdo poco grato, el Pabellón Multiusos de Odivelas (Lisboa), donde disputó sin fortuna el Mundial de Judo Paralímpico de noviembre de 2018, lo que no le ha impedido ser protagonista en esta cita del judo no ya paralímpico sino olímpico, rompiendo así una barrera más en pos de la inclusión. Ni él ni sus compañeros de selección consiguieron colgarse ninguna medalla en el torneo, pero -como explicó en la víspera el seleccionador de judo paralímpico, Alfonso de Diego- “nosotros ya estamos muy contentos y orgullosos con que Sergio acuda con la selección española absoluta a un Campeonato de esta relevancia”. Los Open continentales son, junto a los Grand Slam y Grand Prix, las únicas pruebas puntuables para los Juegos.