Padres de niños afiliados extremeños conocen las herramientas tiflotécnicas y los recursos de vida diaria de que disponen sus hijos
El equipo educativo de ONCE Extremadura ha acometido, este pasado mes de marzo un singular reto: trasladar simultáneamente, en una misma jornada, a un colectivo de padres de sus alumnos afiliados, dos dimensiones aparentemente muy dispares del proceso formativo de sus hijos, la convivencia con las nuevas tecnologías y el comportamiento en la mesa. Se llevó a cabo así la jornada “Tecnología en familia y comemos a ciegas”, para trasladarle a los familiares de estos niños y jóvenes con discapacidad visual los principales recursos, técnicas y estrategias que, en materia tecnológica y de autonomía personal, tienen al alcance sus hijos.
El presidente del Consejo Territorial de la ONCE Extremadura, Venancio Ortiz, acompañado por la responsable de Servicios Sociales, Rosa Camacho, dio la bienvenida a los padres y captó de entrada su atención exponiendo su propia experiencia como afiliado, conviviendo con la ceguera desde la infancia. Salpicándolo con numerosas y divertidas anécdotas, resaltó especialmente lo importante que es evitar sobreproteger a los niños para conseguir una autonomía eficaz en todos los ámbitos.
Abordó también su recorrido personal con los avances tecnológicos, y lo que suponen para las personas ciegas y con baja visión para su acceso a la información y la comunicación, invitando a los padres a que, si encuentran dificultades en la accesibilidad a las aplicaciones o a internet, trasladen las quejas oportunas a las diferentes empresas o plataformas sugiriendo las dificultades.
Herramientas informáticas y vida diaria
Tras esta introducción informal, el instructor tiflotécnico de la Territorial, Juan Carlos Claudio, mostró las herramientas informáticas de accesibilidad más comunes para los ciegos, como los lectores y magnificadores de pantalla o las múltiples, y muy útiles, nuevas aplicaciones para móviles o tabletas. Una sesión que, según nos explicaba Rosa Camacho, “resultó especialmente interesante para los padres”.
En la segunda parte de la jornada, y ya de la mano de la técnico de Rehabilitación de la Territorial, Francisca Rosa Márquez, se abordaron, muy didácticamente, las pautas básicas sobre autonomía personal y habilidades de la vida diaria. Una tarea en la que insistió en la importancia de la labor de la familia (1,52 MB).
Primero desde un punto de vista teórico, pero enseguida proveyendo a los padres de antifaces opados o de gafas de simulación para que, bastón en mano, se enfrentaran a la vivencia más esperada, el desplazamiento a ciegas que realizaron desde la Delegación de ONCE hasta un restaurante local.
Con la colaboración también de tres maestras del equipo educativo de la ONCE en Extremadura, algunos incluso se animaron a bajar por sí mismos las escaleras desde la cuarta planta del centro y trasladarse igualmente a golpe de bastón hasta el restaurante. Una experiencia que los propios padres reconocían que les había producido inseguridad (0,20 MB).
Allí les esperaba, por cierto, la experiencia estrella de la jornada: comer a ciegas. Y aquí hubo unanimidad, pues vivieron muchas sensaciones impensables que les acercaban sin embargo a la vivencia cotidiana de su propios hijos y experimentaron en carne propia las numerosas dificultades que la ausencia de visión deriva para el disfrute gastronómico.
Para finalizar, los representantes y técnicos de la ONCE solicitaron de los familiares de los alumnos una valoración general de cuanto habían experimentado a lo largo del día. “La conclusión fue también unánime -nos comenta la jefa de Servicios Sociales de la DT extremeña-. Les encantó conocer mejor la tiflotecnología que utilizan sus hijos y les pareció una experiencia fantástica acercarse a las situaciones a que se enfrentan cada día sus hijos”.