Retorno al Retiro de las letras
Vuelve la ONCE, tras un prolongado paréntesis, a estar presente con su singular oferta cultural en la Feria del Libro de Madrid, la cita por antonomasia de las letras en nuestro país y en nuestro idioma, que se codea con la media docena de más destacados certámenes de su género en todo el mundo. Y lo hace abrazando (y abanderando al tiempo) su más singular referente libresco, el braille, el ingenioso sistema de lecto-escritura singularmente ideado y diseñado por y para las personas ciegas que les ha permitido, en los dos últimos siglos, aferrarse al tren de la alfabetización y de la extensión cultural vivida por todo el mundo occidental. Aunque eso, que ha resultado fundamental en los procesos de formación educativa e incluso en el acceso a numerosos empleos, no es el único gran tributo que asignar al sistema braille. A la vez, con la estrategia impulsada por las organizaciones concernidas -en España con el impulso permanente y decidido de la ONCE-, el código de los seis puntos ha aterrizado en los más diversos soportes y herramientas de la vida cotidiana favoreciendo los procesos de inclusión y normalización de las personas con discapacidad visual. Ya nadie se extraña así de la signación braille en las botoneras de nuestros ascensores, las cajas de los medicamentos y decenas de otros productos que han pasado así a ser de uso verdaderamente compartido.
Coincide por otro lado este retorno de la ONCE, con su propio estand, al marco privilegiado del Paseo de Coches del Retiro con un año muy especial para el braille y los braillistas. Porque este pasado 4 de enero hemos podido celebrar por primera vez con carácter oficial el Día Mundial del Braille, un reconocimiento de la ONU en respuesta a una dilatada reivindicación internacional de las personas ciegas de todo el mundo. Y, por otro lado, para festejar la puesta en marcha, de modo práctico, del denominado Tratado de Marrakech, ratificado por las instituciones europeas y otros muchos países del mundo para eliminar el pago de derechos de las obras adaptadas para las personas con discapacidad visual, en sus distintos formatos. Un nuevo marco que augura una extensión sin precedentes de la literatura y de la cultura universales entre los millones de personas ciegas de todo el mundo. Junto al gran reto del estrechamiento de la grieta digital, para que la tecnología no sea nunca un elemento de discriminación sino un acicate inclusivo, éste es el horizonte, prometedor y exigente con que la ONCE acude a la Feria del Libro de Madrid donde espera compartirlo con sus cientos de miles de visitantes.