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Graves dificultades para ir al consultorio o incluso a los hospitales en España

Una persona en silla de ruedas accede por una rampa a un centro sanitarioEstablecimientos que, a priori, cabría suponer que se hubieran ‘vacunado’ contra este problema hace tiempo, como los hospitales e incluso los centros de salud de nuestro país, mantienen serias deficiencias en general en materia de accesibilidad a sus instalaciones. Así lo constata el informe 'Accesibilidad e Innovación Social en la atención sanitaria. Las TIC como facilitador para un uso eficiente de la Sanidad', que está siendo elaborado por Fundación ONCE y que, como apunta en su propio enunciado, pretende testar las posibilidades que abren las nuevas tecnologías para mejorar los estándares de accesibilidad del sistema sanitario nacional.

Un amplio informe/encuesta fija especialmente su atención en las barreras y oportunidades que abren las nuevas tecnologías en la gestión de los servicios de salud

La investigación, que ha cubierto sus dos primeras fases, reconoce claros avances en esta materia por parte del sistema sanitario, pero también evidencia las numerosas carencias de accesibilidad física que se mantienen todavía en la mayoría de estos centros, en aspectos tan básicos como la altura de los mostradores, la ausencia de grúas o camillas adaptadas, la estrechez de numerosos pasillos y puertas de paso o la inadecuación de la señalética a las necesidades de personas con diferentes tipos de discapacidad. Recordando al respecto que la ley exige, todavía sin éxito, una accesibilidad universal a los entornos, servicios y procesos sanitarios que han de ser "plenamente usables" por cualquier persona.

Los puntos negros

En la actividad cotidiana de hospitales y centros de salud se detectan determinadas gestiones y procesos que son auténticos ‘puntos negros’ por la acumulación de barreras o inadaptaciones. Y que afectan a cuestiones tan básicas como, por ejemplo, localizar las consultas, acceder a éstas desde la sala de espera o hacer uso autónomo de los sistemas de gestión de turnos. Este último aspecto afecta especialmente a personas con discapacidad visual o auditiva que con frecuencia no tienen forma de saber cuándo y dónde les corresponde pasar a consulta.

También presentan con frecuencia importantes deficiencias de accesibilidad los entornos de los servicios de urgencias, sobre todo en su área de recepción y primer diagnóstico.

A estas barreras puramente físicas se unen otras de comunicación como la general ausencia de información en formatos de lectura fácil, braille, lengua de signos, etc., como complemento  a la comunicación oral en la relación con las personas con determinados tipos de discapacidad. Por no hablar del lenguaje, en general “demasiado técnico”, denuncia el informe de Fundación ONCE, que contribuye a que muchas personas, con o sin discapacidad, no consigan entender íntegramente las comunicaciones médicas.

Montaje gráfico con el sistema de asignación electrónica de turnos de paso en un centro de salud y (a la derecha) un hombre en silla de ruedas junto a su enfermera en un centro de rehabilitaciónSe han detectado igualmente carencias en cuanto a atención personal de los pacientes que, en general pero especialmente en el caso de personas con discapacidad, se ha de suplir recurriendo a familiares o asistentes de pago por cuenta propia. Por una parte, se denuncia la carencia de formación específica del personal sanitario en materia de atención a las personas con discapacidad. Por otra, un problema de escasez de medios humanos, que resulta singularmente grave cuando afecta a enfermos que, como los sordos que utilizan el lenguaje de signos, han de afrontar graves dificultades para comunicarse por la ausencia de intérpretes en los centros que, en algunos de ellos, se está paliando mediante un servicio de “tele-interpretación” a distancia.

Las TIC, problema y esperanza

En este contexto, las nuevas tecnologías constituyen (o pueden hacerlo) en ciertos casos un problema añadido de accesibilidad; pues su inadaptación dificulta con frecuencia su utilización por parte de las personas con discapacidad de cara a gestionar su acceso y utilización del sistema sanitario. Es el caso de aplicaciones como las encargadas de la gestión de citas por internet que a menudo son inaccesibles al no haberse contado con las personas con discapacidad en sus procesos de diseño.

Pero, al tiempo, si se establecen desde las máximas del diseño para todas las personas, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden constituirse en un aliado de primer orden en el desarrollo de unos servicios sanitarios accesibles de cara al conjunto de la población, incluidos los ciudadanos y ciudadanas con discapacidad.

Ese es el objetivo central de este estudio, que ha partido de estudiar y ofrecer ahora visibilidad a las necesidades de las personas con discapacidad en el acceso y uso de los servicios sanitarios; y conocer el uso que se hace de las TIC en las diferentes gestiones e interacciones que se desarrollan en ese marco, así como en el control de la salud tanto desde la perspectiva de los pacientes como de los profesionales.

En consecuencia, junto a una concienzuda revisión documental, se ha realizado una encuesta online, con participación de 940 usuarios de la sanidad con discapacidad, y se han creado cuatro grupos de discusión para profundizar en sus opiniones y en los criterios aportados por los profesionales del sistema sanitario.

Enlace al informe íntegro en la Biblioteca Digital de Fundación ONCEAbre Web externa en ventana nueva