El histórico nadador Enrique Floriano aprovecha el retraso de los Juegos de Tokio a 2021 y sueña con competir, ahora en la modalidad de remo
Al pacense Enrique Floriano Millán -aunque nació en Lorca (Murcia), ha vivido casi toda su vida en Badajoz- el aplazamiento de los Juegos Paralímpicos de Tokio al próximo año 2021 le ha abierto una ventana de esperanza competitiva, aunque ahora pensando en otra disciplina, el remo. El hasta ahora laureado nadador (con nueve medallas en cuatro ediciones de los Juegos) ha reconocido esta oportunidad de mantenerse en la alta competición, ahora, ocho años después de su retirada, con la pala del remo en alto.
Con dos medallas de oro, cinco de plata y otras dos de bronce en los Juegos de 2000, 2004, 2008 y 2012 (su última participación con una plata en los 400), Floriano -afiliado a la ONCE que competía en la clase S12 para deficientes visuales- se ha reconocido a sí mismo como “un adicto al deporte”; y que su objetivo es ganarse una plaza para el equipo de cuatro remeros, un scull mixto de dos mujeres y dos hombres con discapacidad diversa, que está seleccionando el CPE y al que le animó el también ex campeonísimo paralímpico David Casinos, en su caso como lanzador de peso y disco.
Comenta que siempre ha sido aficionado al remo, lo que le animó a presentarse a comienzos de año a dos pruebas, de 6.000 y 2.000 metros respectivamente, en las que se clasificó en la primera plaza, aunque la concentración en la que se iba a decidir el equipo definitivo para acudir al Preolímpico, programada para el pasado mes de marzo en Italia, ha quedado temporalmente cancelada por el coronavirus.
Profesionalmente, Floriano ejerce actualmente en Madrid como técnico de Proyectos en Ilunion, del Grupo Social ONCE, tras realizar un master de gestión de entidades deportivas en la Universidad de Navarra, lo que le ha permitido integrarse en el Club de Remo Madrid Velocidad.