Yo resisto porque tú lo haces posible
Desde los albores de esta gran crisis (primero sanitaria, a continuación personal, luego social y finalmente económica), el Grupo Social ONCE ha hecho bandera de una de sus máximas: la defensa de nuestra ‘capacidad de ser capaces’, clave de su histórica reivindicación por la normalización, igualdad y puesta en valor del talento, que tantas veces se niega a colectivos tan amplios y diversos como las personas con discapacidad, más de cuatro millones sólo en España. Pero esa resiliencia por empinadas que se presenten las adversidades requiere siempre, y hoy de modo especial, la complicidad entre quienes trabajan y empujan a favor del objetivo común; en nuestro caso, resistir frente a las duras condiciones del estado de alarma, blindar los derechos de sus trabajadores/as y afiliados/as y poner los mimbres para que, pasado mañana, al alcanzar la anhelada ‘vuelta a la normalidad’, el Grupo Social ONCE disponga de las mínimas condiciones para preservar su estabilidad económica y su proyección de futuro.
En ese paisaje hay que enmarcar la negociación de la entidad con los representantes sindicales de su personal para dar cobertura social al ERTE que ha presentado en el objetivo de amortiguar el tremendo golpe financiero que ha implicado la suspensión de sus sorteos de productos de juego desde el pasado 15 de marzo. La negociación ha sido rápida, directa y fructífera: los representantes de los trabajadores pusieron sobre la mesa una batería de importantes medidas complementarias para, básicamente, preservar el empleo al final de la aplicación del Expediente y garantizar, en tanto, el mantenimiento de la retribución de los trabajadores; y la Organización se ha amoldado prácticamente a todas sus demandas.
Ambas partes, conscientes de su condición de faro para el ámbito de la acción social en nuestro país, han sabido así hacer bueno el principio fundacional de la entidad que la define como una organización de personas que trabajan para personas y en la que, por tanto, su cobertura y protección han de estimarse por encima de todo. Porque, efectivamente, entre las decenas de miles de integrantes de nuestro colectivo (afiliados y/o trabajadores) hay muchas que engrosan ya los amargos listados de víctimas, directas o a través de sus familias; de contagiados que cursan su enfermedad en centros sanitarios o en sus hogares; de personas afortunadamente ‘curadas’ que han solventado la pandemia..., y también de asintomáticos que -según todos los expertos- son legión entre la población española. Todos, absolutamente, interdependientes en su delicada situación de la evolución del resto, porque en este reto nos hemos conjurado para poder, para resistir, pero siempre uno al lado del otro, porque bien sabemos que sólo tú lo haces posible.