Inserta-Fundación ONCE lanzan una campaña por el empleo inclusivo juvenil, en plena pandemia
‘Multiplícate por 100’ impulsa su esperanza por el futuro con un vídeo que les anima a multiplicar su resiliencia
Inserta Empleo, la entidad de Fundación ONCE para la formación y el empleo, lanzó el pasado 8 de mayo la campaña `Multiplícate por 100. Tu puerta de acceso al empleo´, dirigida a fomentar la incorporación al mercado laboral de los jóvenes con discapacidad, en un momento tan crítico como es el de la crisis sanitaria, social y económica desatada por la pandemia del Covid-19.
Concebida para fomentar el empleo de este sector juvenil de la población, incorpora un breve vídeo (de apenas medio minuto) producido en clave de rap, un lenguaje, y un ritmo, muy popular entre los más jóvenes y que persigue impactar sobre el mayor número de ellos animándoles a apuntarse en la plataforma de empleo ‘Por Talento’. Y a quienes ya lo hubieran hecho les anima a actualizar su registro, incluso con la posibilidad de contactar por teléfono con las delegaciones de Inserta Empleo repartidas por todo el territorio nacional.
El objetivo es que esta plataforma creada por Fundación ONCE, especializada en formación e intermediación laboral, pueda a su vez presentarlos, sin coste alguno, a las ofertas de empleo que se produzcan en todo el país, especialmente entre las más de 100 importantes empresas que forman parte del Foro Inserta Responsable, una plataforma de trabajo en red que fomenta la inclusión laboral de las personas con discapacidad en compañías punteras en sus sectores y que cooperan instrumentalmente con Inserta en su objetivo inclusivo.
Los jóvenes con discapacidad en España
Según datos del reciente informe elaborado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo para personas con discapacidad en España (Odismet), que también impulsa Fundación ONCE, entre dicha población hay registrados 99.000 jóvenes de 16 a 24 años.
Atendiendo a su nivel formativo, de ellos el 62,4% cuentan con estudios secundarios y sólo el 5,2% grados de formación superior, frente al 13,4% (más del doble) que los acreditan entre los jóvenes sin discapacidad. Una situación que, entienden, se derivan de las dificultades que encuentran en su proceso formativo: carencias de accesibilidad en los centros educativos y en el transporte, escasa adaptación de los materiales y metodologías de enseñanza (incluidas las cada vez más habituales plataformas on line), etc.
El informe arroja un balance muy preocupante entre este colectivo juvenil: un porcentaje de inactividad del 75,3%, una tasa de paro hasta 24 puntos por encima de la mostrada por los jóvenes sin discapacidad y una tasa de empleo que apenas alcanza el 10%. El análisis de su contratación revela además la complejidad que enfrentan estos jóvenes para acceder al empleo: de los 4.363.139 de contratos realizados a jóvenes en 2018, sólo 23.785 correspondían a personas con discapacidad; apenas un 0,5% del total cuando los jóvenes con discapacidad de 16 a 24 años representan el 2,3% de la población total en este rango de edad.
Sus condiciones laborales refuerzan este escenario precario, inestable y frágil, pues cobran un salario medio bruto anual de 12.625,5 euros, lo que supone 2.475 euros menos que el de los jóvenes sin discapacidad. Además, el 64% de los que están ocupados tienen un contrato temporal y un 56,4%, desarrollan una jornada parcial. Tampoco tienen apenas presencia en el ámbito del empleo por cuenta propia, en el que se registran 32.100 emprendedores jóvenes sin discapacidad.