Solidaridad, como siempre, más que nunca
Como siempre, prácticamente desde su orígenes hace más de ocho décadas, pero también como nunca antes, fruto del nuevo escenario internacional abierto por la pandemia de la covid-19: la solidaridad de la ONCE con las personas ciegas de América Latina ha dado un nuevo paso al frente estos últimos días, con la celebración -cómo no, virtual- de la reunión del Patronato de su Fundación para América Latina (FOAL). El encuentro ha pasado revista a la puesta en marcha de su programa específicamente impulsado frente a la pandemia en aquella región y ha abierto nuevas vías de cooperación para hacer frente a la grave situación de las personas con discapacidad visual en un continente que se está convirtiendo en la región del mundo más ferozmente afectada por la propagación del coronavirus en las últimas semanas.
Un azote que afecta a países con múltiples carencias, sanitarias y sociales; no digamos ya en el caso de los sectores de población más vulnerables, como son las personas ciegas atendidas por FOAL en su labor solidaria, que intenta llevar coordinación, formación educativa y laboral y acceso al empleo a estos colectivos.
El propio confinamiento vivido en nuestro país ha condicionado las posibilidades de intervención por parte de los responsables de FOAL, que han sabido no obstante reorientar su actividad e incluso crear un ‘fondo de emergencia’ específico para familias con personas ciegas a su cargo que viven una situación especialmente grave y que, pese a la modestia de sus posibilidades, ha permitido apoyar a un millar de beneficiarios en 11 países. Además, la situación ha permitido (y obligado) a profundizar la colaboración con los asociados locales para impulsar los proyectos sobre el propio terreno.
Igualmente se ha sabido hacer de la necesidad una oportunidad en lo que respecta a los Proyectos Ágora de inclusión laboral, implementando una batería de cursos de formación online, que han suplido con alto nivel de calidad y rendimiento la imposibilidad de impartirlos presencialmente...
En fin, FOAL puede sentirse orgullosamente satisfecha de su respuesta inmediata a la crisis y ahora se aboca al reto de reinventar sus estrategias para seguir cumpliendo su tarea al otro lado del Atlántico pese los condicionamientos económicos derivados de la pandemia y sus efectos sobre los recursos del ‘fundador’ de la entidad, la ONCE, obligadamente hibernada en su actividad económica durante los últimos tres meses... Encontrará la fórmula y seguirá, sin duda, siendo ese faro de referencia que desde hace años guía el devenir de los iberoamericanos con discapacidad visual.