COCEMFE invita también a Administración y profesionales de la salud a reenfocar la atención de las personas con discapacidad ante la pandemia
La Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) reclama del Gobierno una estrategia sanitaria adecuadamente planificada y específica para la atención de las personas con discapacidad ante la eventualidad de una nueva crisis por rebrotes del coronavirus u otras posibles infecciones y la adopción de medidas de emergencia sanitaria, confinamientos, etc.
En cuanto al concreto colectivo de personas con discapacidad física y orgánica, el presidente de la Confederación, Anxo Queiruga, denunció, en el encuentro digital sobre ‘Salud, Discapacidad y covid-19’ organizado por COCEMFE el 7 de julio con participación de representantes también de la Administración, del sector sanitario (médicos y fisioterapeutas) y de las propias personas con discapacidad, que “nos hemos visto solos en muchos momentos ante la pandemia”, pues -dijo- “ha faltado interlocución” por parte del Gobierno y atención de las Administraciones “a nuestras particulares problemáticas y necesidades”. Una lección que debe llevar a variar el rumbo de la atención sociosanitaria en España, según reconoció el director general de Políticas de Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Jesús Celada.
La experiencia vivida, dijo Queiruga, permite dilucidar los fallos y aciertos cometidos, y nos muestra que “la clave debe ser respetar los derechos de nuestro grupo social y que no se quede atrás ninguna persona más”. Para lo que solicitó medidas en favor de la autonomía de las personas con discapacidad, asistencia personal, nuevos modelos de atención sociosanitaria y una mayor coordinación entre territorios y sus sistemas de cuidado de las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
“Teníamos pánico de acudir al hospital y a los centros de diálisis por miedo al contagio”, señaló por su parte Daniel Gallego, presidente de la Federación de afectados por enfermedades renales ALCER, uno de los colectivos más castigados por el covid-19, que ha provocado -según sus cálculos- 451 fallecimientos y más de 1.700 contagios entre su colectivo, integrado por unas 61.000 personas. Al respecto reivindico, siempre que sea posible, la atención domiciliaria tanto para consultas como para tratamientos, pues “nuestro hogar -afirmó- es para cada uno el lugar más seguro del mundo”.
Especialmente azotados
“La pandemia afecta con muchísima más crudeza a las personas más vulnerables”, reconoció en este sentido la directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación, Pilar Aparicio. Y enfatizó la importancia de la plena accesibilidad a los centros de atención sanitaria, “dentro de un sistema centrado en la persona y preocupado por cuidar de quienes nos cuidan”.
El presidente del Consejo General de Colegios de Oficiales de Médicos, Serafín Romero, coincidió al respecto en la necesidad de “fortalecer nuestro modelo sanitario universal, de calidad, accesible, de equidad y especialmente solidario”, que valore el papel de las organizaciones asociativas y avance en la humanización de la sanidad en el camino de constituir un sistema que, afirmó, “debe ser sociosanitario”.
Centrándose en las características de la afectación del coronavirus, el presidente del Consejo de Colegios de Fisioterapeutas de España, Gustavo Paseiro, explicó por otro lado que la gran mayoría de los afectados ven sensiblemente limitadas sus capacidades funcionales, y que su recuperación pasa, en la mayoría de los casos, por “un tratamiento de fisioterapia efectivo y continuado”. Defendió igualmente reforzar la prevención sanitaria ante posibles rebrotes y crisis pandémicas: “es una de las principales lecciones que hemos aprendido para poder limitar los efectos de la pandemia”, señaló.
A modo de conclusión, el director general de Políticas de Discapacidad, Jesús Celada, reconoció que “las personas con discapacidad se han quedado un poquito más atrás a la hora de afrontar esta pandemia”. Elogió la colaboración, “desde el minuto uno”, de las organizaciones y asociaciones de la discapacidad y resumió la lección que estamos obligados a aprender de la pandemia: “se ha tratado de una crisis sociosanitaria, que nos obliga a revisar nuestro modelo de atención y dar un nuevo impulso a la asistencia personal”, concluyó.