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La ONCE retoma el calendario de entrega de perros guía a sus afiliados tras el confinamiento

Una nueva usuaria realiza sus prácticas en su entorno urbano con su futuro perro, acompañada por una instructora de la FOPGEntre las muchas actividades ‘congeladas’ en el trimestre presidido por el confinamiento establecido por el estado de alarma en nuestro país estuvo la de la entrega de perros a personas ciegas afiliadas a la Organización por parte de la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG)Abre Web externa en ventana nueva. Pero ha retomado ya con determinación esta tarea para tratar de no rebajar la cota de los 131 perros guía que la ONCE entregó ya en 2019. Eso sí, los cursos de adaptación perro-usuario son ahora a domicilio y concentrados en una semana intensiva.

Esta rápida reactivación ha sido posible gracias a que el funcionamiento de la Escuela de la FOPG durante la pandemia no se detuvo ni un segundo, manteniendo la atención de los canes en su residencia (en las instalaciones de Boadilla del Monte, Madrid) y el control y seguimiento, a distancia, de los perros que conviven con familias de acogida durante su primer año de vida para iniciar su proceso de socialización. 

Un escenario inédito

El retorno de las entregas de estos perros -tras su cuidado adiestramiento en las instalaciones de la Escuela a cargo de un excelente equipo de profesionales- ha respondido, por tanto, a unas características y condicionantes ‘post-covid’. Así, los cursos de iniciación y de acoplamiento entre perro y usuario se han llevado a cabo no en la sede de la FOPG, como era habitual, sino en los propios domicilios y entornos de los afiliados y afiliadas aspirantes, como nos explicaba Cristina Ruiz formato MP3 audio(0,80 MB), instructora de la Escuela de la ONCE. Una formación que se prolonga a lo largo de toda una semana, mediante sesiones en las que el instructor acude a la vivienda de la persona ciega para darle a conocer, primero, al que va a ser su nuevo ‘compañero de vida’ y a habituarse, luego, a los desplazamientos y técnicas adecuadas para que el perro le aporte la seguridad y autonomía necesarias en cada movimiento para lo que va a ser a partir de ahora su compartida existencia cotidiana.

Tradicionalmente estos cursos se impartían durante 15 días, de forma conjunta para varios usuarios en las instalaciones de la Escuela de la FOPG. Pero la situación provocada por la pandemia hizo que estos cursos se suspendieran y se hayan transformado en auténticas ‘clases particulares’ para las personas ciegas apuntadas como solicitantes de perro guía. En consecuencia, son los instructores de la FOPG los que se desplazan a los más diversos puntos del país para entregar al perro, orientar el acoplamiento, impartir las necesarias instrucciones y supervisar que la adaptación entre el animal y el usuario ciego es perfecta.

Todo ello ha sido posible gracias a que la actividad de la Fundación ONCE del Perro Guía durante los tres meses de confinamiento no se ha detenido ni un solo minuto. Catalogado como ‘trabajo esencial’, toda su plantilla funcionó con un sistema de turnos para garantizar la actividad y el bienestar de los perros así como su adiestramiento diario, siempre manteniendo las distancias de seguridad para evitar cualquier posibilidad de contagio.

Incluso durante los meses de encierro domiciliario, nacieron varias camadas que estuvieron perfectamente atendidas por el personas de la Fundación y se planificaron estas nuevas pautas de entrega perros así como de comunicación con las familias educadoras de cachorros, a través de un sistema de visitas sin bajarse los instructores del vehículo.

La usuaria practica cruzando un puente urbano, y a la derecha recibiendo la visita de la instructoraProtagonistas

Beatriz con Quiloa, Lourdes con Lian; o Salvi con Goleta son tres personas que acaban de vivir esta experiencia que -según señala Beatriz Gómez formato MP3 audio(0,24 MB)- está resultando muy emocionante y útil desde el primer momento. Ella es una joven fisioterapeuta ciega que coge el Metro cada día en Madrid para ir a  su trabajo; antes sin su inseparable bastón blanco, ahora con su compañero de cuatro patas, que le guía con toda seguridad, además en su propio entorno domiciliario -como destaca la joven afiliada formato MP3 audio(0,61 MB)-, de la mano precisamente de Cristina Ruiz.

De Madrid saltamos a Málaga, donde la afiliada Lourdes González acaba de conocer a Lian, que es su ya tercer perro guía, una mezcla de labrador y caniche gigante. Ella misma nos relata cómo ha sido su proceso de inmersión en la ‘nueva normalidad’, con prácticas -explica formato MP3 audio(0,60 MB)- también por su propia zona domiciliaria, junto a este singular ejemplar de la FOPG. Lo que denomina formato MP3 audio(0,25 MB), con optimismo, un periodo de “adaptación a los nuevos tiempos, pese a los condicionantes de la pandemia”.

Y otra ya veterana usuaria de perro guía es, Salvi Melguizo, ahora con su nueva compañera, la labradora negra Goleta. Salvi sí que ha echado mucho de menos formato MP3 audio(1,85 MB) realizar esas prácticas de la fase final en la escuela (como cuando recibió su primer perro guía), con otros usuarios. Pero no queda sino admitir las circunstancia: su curso domiciliario de adaptación le tocó en plena desescalada...