Estos días hemos conmemorado el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer con muchas y muy diversas campañas de sensibilización que, lamentablemente, se demuestran cada día más necesarias que no deben frenar el día, el trabajo cotidiano que demuestra y corrobora que todos somos “iguales”, desde el respeto a la diferencia, pero “iguales” en derechos y oportunidades. En una época en la que estamos más alejados que nunca entre familiares y amigos por una pandemia que ha puesto a la Medicina y la Ciencia en todos los medios de comunicación, la ONCE vuelve a romper barreras y se acerca y apoya cinco proyectos de investigación sobre enfermedades oculares cuyos equipos científicos están, mayoritariamente, formados por mujeres.

El Grupo Social ONCE sigue así en línea con su misión social de impulso a la igualdad, con muchas y diversas acciones, entre ellas un compromiso rotundo por impulsar la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (ya para todos el I+D+I) en materia de ceguera y deficiencia visual, mediante su colaboración en proyectos de investigación relacionados con patologías oftalmológicas que con más frecuencia son causa de ceguera total o parcial.

Y se trata de una colaboración doblemente interesante porque, al apoyo económico, muy necesario y algo olvidado en España frente a otros países de nuestro entorno, se suma la participación y colaboración desinteresada de personas ciegas o con discapacidad visual, que quieren participar en este tipo de iniciativas, que se prestan para pelear por un mundo mejor, por un futuro mejor para las generaciones futuras.

Ahora que se habla mucho de la vacuna del Covid y el debate está abierto entre partidarios y detractores, qué sería de la evolución científica sin los voluntarios que se prestan a probar en su propio cuerpo, en su propia carne, los efectos de tal o cual medicación, de tal o cual intervención. Son protagonistas silenciosos de una acción ensalzable y plausible, también protagonizada por nuestra gente.

Y es en este terreno en el que la ONCE ha querido unir mujer y ciencia, dos términos que siguen estando alejados del reconocimiento y sólo se convierten en noticia cuando una científica gana un premio Nobel (lamentablemente solo recordamos a Marie Curie), algo que es normal si se tiene en cuenta que desde 1901 se han entrega 871 premios Nobel y solo 52 han ido a manos de mujeres, la mayoría de literatura o de la paz.

Por eso no podemos parar y hemos demostrado otra vez que somos “iguales” junto a mujeres investigadoras protagonistas en los equipos del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, del Instituto de Genética Médica y Molecular (INGEMM) del Hospital La Paz, de la Asociación de Miopía Magna con Retinopatías (AMIRES), del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz, y de la Fundación para la Investigación e Innovación Biomédica del Hospital Universitario Infanta Sofía y del Hospital Universitario del Henares, con quienes colaboramos.

Otra demostración del buen camino hacia la igualdad entre hombre y mujeres, del “iguales” que el Grupo Social ONCE lleva impulsando ya 82 años tratando de garantizar la no discriminación por razón de sexo, por ejemplo, con la creación de un Observatorio de Igualdad para prevenir y erradicar la violencia de género sobre todas las mujeres, en especial sobre mujeres ciegas o con discapacidad visual, que tienen el doble de riesgo que el resto de las féminas.

Mujeres y ciencia son y serán dos importantes puntos de apoyo para que el Grupo Social ONCE continúe su labor social; porque todas las personas tienen algo que aportar para el beneficio de la sociedad y, en esto como en todo, desde el concepto de “iguales” siempre es mejor… y más bonito.