El futuro de las personas ciegas de todo el mundo se ha estado debatiendo, construyendo e imaginando estos días en España, en el país de la ONCE, tal y como se refieren a nosotros las organizaciones y las personas ciegas de todo el mundo. Entre el 25 y el 30 de junio hemos hablado sobre nuestro presente y nuestro futuro en cualquier rincón del planeta: la educación, la tecnología, la accesibilidad, el empleo, el liderazgo femenino, la sostenibilidad, los derechos…Hemos hablado sobre cómo será el mundo y los retos que nos encontraremos; de la necesidad de ser ágiles, de anticiparnos a los acontecimientos, de la importancia que para las personas ciegas tiene “estar en el mundo”, ser uno más en su comunidad, en su entorno, en sus países y regiones y tratar de alcanzar la igualdad efectiva. Porque ser ciego no es fácil, y no es fácil –especialmente- en muchos territorios y entornos donde los índices de pobreza, la adversidad, la cultura o el contexto contribuyan a complicar la vida de las personas. La pandemia también ha complicado la realidad de las personas ciegas del mundo y de sus organizaciones, como lo ha hecho con el resto de los ciudadanos pero, en algunos casos, con una incidencia mayor; hubo que cambiar los planes (y las fechas) de celebración de la Cumbre y Asamblea General de la Unión Mundial de Ciegos y de ICEVI, previstas para 2020, y hubo que adaptarse a las circunstancias, y lo hicimos; y lo hemos logrado, en 2021, celebrando el encuentro con más participantes (más de 4.000 personas de todo el mundo) y con más países (151 con representación directa, de los 193 países del mundo representados en la Unión Mundial de Ciegos) nunca antes realizado.