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Pepe García: "Me gusta llevar todo al límite"
Es el flamante ganador del VIII Concurso Musical de la ONCE Andalucía con su interpretación al piano de 'Alone with the stars', pieza compuesta por él mismo
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Pianista y esquiador alpino de alto rendimiento. Pepe García (Granada, 2003), no conoce límites. Por más que la vida le ha ido poniendo trabas desde que nació, ha ido sorteando obstáculos superándose en cada meta, en el esquí alpino de alto rendimiento, en la música, en la composición, y ahora como estudiante de Ingeniería Informática con una nueva ilusión que le guía; profundizar en la Inteligencia Artificial para tratar de cambiar el mundo. Es tan ambicioso en su forma de ser que, probablemente lo consiga. Tiene varias discapacidades oficiales, pero eso en él, no cuenta.
Naciste con menos brazos, menos dedos, sin visión en un ojo y muy bajo resto visual en el otro. ¿Cómo ha ido condicionando tu vida esta circunstancia?
La verdad es que me ha ido condicionando de varias maneras, positivas y negativas, claro. Podríamos decir que ha habido condicionales sociales, tanto como los típicos de propia frustración, ya que muchas veces, conseguir algo me es a mí, como a todos los discapacitados, mucho más difícil que a alguien que no cuenta con nuestra discapacidad, y eso, por lo menos a mí, me frustra mucho, tener que tardar más en hacer las cosas, o tener que hacerlas de otra forma, más compleja, o distinta. Aun así, normalmente acabo superándolo, y superándome.
En el tema social, suelen haber más problemas a la hora de relacionarse, pero no por nosotros, sino por los estereotipos que tiene la sociedad sobre los discapacitados, aún en pleno 2021.
De todas formas, mis discapacidades, como he mencionado, suelen darme ese empujón para querer superarme más. Incluso, a veces pienso que, si no hubiera tenido mis discapacidades, no hubiera hecho todo lo que hago, ni hubiera si quiera llegado a conseguirlo. Por así decirlo, siempre he querido demostrar que las discapacidades no nos hacen menos capaces, sino tener unas capacidades diferentes.
Le pediste a tus padres que te apuntaran a clase de piano después de ver a una amiga tocar. ¿Qué te cautivó?
Cuando la vi tocar, lo primero que pensé fue que por qué no podía hacer eso yo también. Me parecía muy bonito, y muy interesante todo el tema del piano, y les dije a mis padres que me gustaría probar. Mis padres me apuntaron al conservatorio de mi colegio, a ver qué pasaba (0,36 MB)… Fui tocando, y pasaron los años, y los profesores se dieron cuenta que se me daba muy bien, entonces mi profesora Isabel me animó a que me viera un magnífico pianista, profesor del conservatorio,
(0,50 MB) Javier Herrera. La primera vez que me vio tocar, me miró muy extraño y me dijo que le había parecido increíble, y que no había visto nada igual nunca antes. Me preparé para las pruebas del conservatorio, y entré. Así he seguido formándome, esforzándome, y trabajando, aprendiendo, y lo más importante, superándome cada día más.
Desde muy chiquitito has llevado las riendas de tu vida y has tomado la iniciativa. ¿En qué medida han influido tus padres en las decisiones y el rumbo que has ido tomando?
Mis padres han influido totalmente. Sino fuera por ellos, por su apoyo constante, y por todo lo que han hecho siempre por mí, por mucho que yo quisiera, no hubiera sido capaz de conseguir nada. A cada cosa que quería hacer, mis padres me apoyaban, me ayudaban. ¿Quería esquiar? A la Sierra a esquiar. ¿Quería competir? A las competiciones. ¿Quería tocar el piano? A tocar. ¿Estudiar? Estudiar… y así todo.