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XV Edición del Evento “Vendedor del Año”

Estatuilla del galardón a los vendedoresEl fin de semana del 3 al 5 de junio, se celebró en Madrid la decimoquinta edición del Evento del “Vendedor del Año” que, en esta ocasión, reconocía los méritos contraídos a los mejores vendedores y vendedoras del 2021, un acontecimiento, que al igual que el pasado año ha desplazado su celebración a un mes como el de junio, más proclive a una meteorología más favorable que permite un mayor disfrute para los galardonados.

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Un año más los vendedores y vendedoras del Canal Principal tienen una referencia respecto al reconocimiento a su trabajo con la celebración de un conjunto de actos que configuran el ya conocido como evento del “Vendedor del Año”.

Todo empezó a principios de 2008 y quizás nadie podía augurar que, con el paso del tiempo, este evento iba a adquirir el prestigio y fuerza que en la actualidad tiene, un evento que año a año es más conocido en nuestra Institución, y también fuera de ella, a juzgar por la repercusión que se refleja en los medios de comunicación cada vez más interesados por publicar acerca del mismo.

Como es habitual el evento se estructuró en dos jornadas, una en viernes, más formal, en la que tuvo lugar la ceremonia de entrega de los correspondientes galardones, en una cena de gala desarrollada en el hotel Ilunion Pío XII y otra jornada, en sábado, en la que, como contrapunto a protocolos y liturgias, se desarrolla en un contexto más lúdico y distendido orientado a promover el sentimiento de grupo y más que nada, hacer disfrutar a los participantes.

Primer día: cena de gala

Foto de la Gala con Miguel Carballeda y Ángel Sánchez, con algunos de los vendedores galardonadosLa cena de gala fue presidida por el Presidente del Grupo Social ONCE y el Director General de la ONCE, con un esquema en el que el salón principal del hotel se convirtió en una improvisada calle que evocaba una de las tantas y tantas calles que jalonan la geografía de nuestros pueblos y ciudades, la calle de la “Buena Gente ONCE”, con sus bancos, farolas, fuentes, tiendas y locales comerciales, pero sobre todo, con la presencia irrenunciable de un punto de venta como el que todos conocemos, lugar en el que trabajan nuestros vendedores.

Este año el conductor de la gala fue el popular presentador de programas de radio y televisión, Luis Larrodera, quien se integró rápidamente en la filosofía y contexto del acto como si ya tuviera una dilatada trayectoria en nuestros eventos institucionales. También como un elemento innovador el cuarteto de cuerda 'Stradivarias” interpretó, en diferentes fases de la gala, distintas melodías muy conocidas relacionadas con bandas sonoras de famosas películas, finalizado con un “guiño” a la melodía que todos identifican como el sonido Institucional de la ONCE.

A diferencia de años anteriores, la producción de la gala desplazó a profesionales de lo audiovisual a todos los puntos de venta donde los vendedores y vendedoras que serían galardonados trabajan habitualmente:  Reinosa, Gijón, La Isla de la Palma, Fuengirola, Talavera de la Reina,  etcétera, para tomar imágenes y sonidos que sirvieran para elaborar la esmerada y cuidadosa envoltura de escenografía que acompaña inexorablemente el momento culminante de la entrega de cada galardón, para lo cual, recabaron de manera cómplice palabras emotivas, reconocimientos de cariño, anécdotas, etcétera, de personas muy cercanas a la vertiente humana y profesional de cada uno de los galardonados produciendo un “efecto sorpresa”, en esos momentos referidos, en los que uno sube al escenario y la Felicidad y la Emoción se entrecruzan de manera un tanto incontrolada.

El sábado, un jornada más informal

Como ya apuntábamos, la jornada del sábado tenía otro cariz. Se iniciaba con una visita en autobús panorámico desde el hotel, atravesando las principales arterias de la capital pasando por los edificios más conocidos y representativos de la ciudad para llegar a la Plaza de Oriente, enclave en el que, tras descender el grupo, se inmortalizaban estos instantes mediante una sesión fotográfica que posteriormente, se incorporará al conjunto de materiales audiovisuales que se remitirán a los homenajeados.

Tras un paseo cultural, por el Madrid de los Austrias, con la presencia del Subdelegado Territorial de la Delegación de Madrid y que finalizó en los aledaños de la Plaza Mayor, se dio “tiempo libre” para que todos pudieran realizar las acostumbradas compras de recuerdos y “souvenirs” para llevárselos a amigos y familiares más allegados.

El almuerzo de confraternidad tuvo lugar en el mismo Hotel Ilunion Pío XII, y después de descansar para “cargar las pilas”, el grupo se dirigió a uno de los teatros capitalinos para asistir a un espectáculo musical, “de los 80 a los 90”, una situación distinta en la que el público, a diferencia de permanecer atento al espectáculo, pudo participar de forma activa en el mismo bailando y moviéndose al ritmo de las conocidísimas melodías de aquellos inolvidables años ochenta y noventa que todos, absolutamente todos, recuerdan y veneran más allá del culto estético, pues son años que a casi todos evocan recuerdos y momentos inolvidables, y es que todos pensaron “a quién le importa, lo que yo haga, a quien le importa lo que yo diga...”.

Con la marcha en el cuerpo el grupo se dirigió, ya cayendo la noche, a uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, su Plaza Mayor, donde en una de sus más afamadas terrazas, marco incomparable, se sirvió una cena compuesta por platos típicos de la cocina castiza, contando con la presencia de directivos de la Organización que nunca renuncian a compartir esas emociones con los vendedores y vendedoras que suponen lo más representativo y conocido de nuestra Institución.

Como siempre, el domingo es tiempo para las despedidas, para intercambiar teléfonos y correos de contacto, para seguir uniendo al grupo y para emprender el regreso a los lugares de destino. Son situaciones muy emotivas donde se da rienda suelta a las emociones y se hacen promesas de volver a revivir y disfrutar como vendedor o vendedora del año.