El Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Pontevedra organizó el 1 de octubre  el “I Encuentro de Amigos del Braille”, para cerca de un centenar de estudiantes afiliados de Galicia y Asturias, usuarios actuales o futuros del braille, con el objetivo de reforzar entre los participantes el sentimiento de pertenencia a un grupo de personas que utilizan un mismo código de lecto-escritura que les proporciona autonomía en el acceso a la cultura y la información, aportándoles seguridad e independencia.

El encuentro, que comenzó a las 10.30 horas en el propio CRE situado en la calle Luis Braille, 40, de Pontevedra, se dirigió de manera especial a estudiantes, usuarios y futuros usuarios del código de lectoescritura braille, además de a sus familias, por lo que en su programación hubo juegos en relación a este sistema destinados a escolares, además de una muestra de adaptaciones del braille en la vida familiar para adultos.

Así, a partir de medio día, de 12.00 y 13.00 horas, los asistentes visitaron  una exposición sobre el braille y su evolución, que dio pie posteriomente al coloquio 'Navegando entre tinta y Braille', coordinado por Ana María Llauradó, responsable del Departamento de Atención Educativa de la ONCE, con la participación de Andrés Martínez, oftalmólogo, Encarna Pola, maestra, y Marisol González, técnico de rehabilitación.

Por último, se realizó una actividad bajo el título 'Relatos de vida en torno al Braille', coordinada por Corina Alfonso, promotora del Braille en la ONCE en Galicia, en la que participaron Ana Lucía Bargiela, afiliada a la ONCE de Pontevedra; Lucía Álvarez, estudiante con discapacidad visual de la Universidad de Vigo; María del Carmen Rodríguez, afiliada de la ONCE en Asturias, y Marina Blanco, estudiante con discapacidad visual de la Universidad de Vigo.

El objetivo de la jornada fue impulsar el uso del braille, divulgar su conocimiento y extender su uso al ámbito educativo, cultural y también en la vida diaria.

Este sistema que se encuentra presente en envases de productos alimenticios y de medicamentos, botoneras de los ascensores o cartas de restaurantes, entre otros elementos, ayudando a facilitar la vida de las personas con discapacidad visual, deberá estar presente de manera obligatoria de aquí a un año aproximadamente, en muchos productos, bienes y servicios, tal y como establece la Ley 4/2022, de 25 de febrero, de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, que obliga al etiquetado en braille de los bienes y productos de consumo.