Fundación ONCE se ha adherido a la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, lo que supone un nuevo compromiso con el desarrollo sostenible y los Diez Principios impulsados por el organismo internacional, que abarcan ámbitos como los derechos humanos, derechos de los trabajadores, medio ambiente y lucha contra la corrupción.

Su  compromiso en la creación de una sociedad más justa, solidaria e inclusiva, ha llevado a Fundación ONCE a  desarrollar programas e iniciativas con las que lograr la plena inclusión de las personas con discapacidad promoviendo el empleo y la eliminación de barreras.

Tras su reunión celebrada en Chipre el pasado mes de octubre, los jóvenes de las entidades miembro de la Unión Europea de Ciegos (EBU) han lanzado el Manifiesto "Participar en Europa y el mundo en igualdad de condiciones", (0,16 MB) lema del encuentro, en el que reivindican medidas específicas para desarrollar plenamente el potencial de los jóvenes con discapacidad visual y promover su participación en los cambios sociales en igualdad de condiciones con los demás.

Desde la premisa de que “la discapacidad no es un obstáculo para las aspiraciones de los jóvenes de hacer del mundo un lugar mejor”, según expresan en este Manifiesto, y con el marco de la Estrategia de la Unión Europea para la Juventud y el Año Europeo de la Juventud 2022, en la que la UE se centra en los jóvenes y se compromete a aumentar su participación en la toma de decisiones políticas a todos los niveles, centran su reivindicación en torno a tres conceptos clave del proceso : "Involucrar", "Conectar" y "Empoderar".

España es el cuarto país de la UE que más ha aumentado desde 2015 la tasa de riesgo de pobreza o de exclusión social entre las personas con discapacidad de 16 años o más (esto es, con alguna limitación para realizar actividades), según Eurostat.

Los datos de la Oficina Estadística de la UE, dados a conocer este miércoles y recogidos por Servimedia, indican que un 21,7% de las personas con discapacidad de la UE estuvieron el año pasado en riesgo de pobreza o exclusión social, es decir, vivía en hogares que sufrían al menos uno de los tres factores: riesgo de pobreza, privación material y social severa, y estar en una familia con muy baja intensidad de trabajo. En comparación, la tasa era de un 18,8% entre las personas sin discapacidad y de un 21,5% en la población comunitaria total.