Rebeca González: "El gusanillo de la comunicación lo llevo dentro"
La periodista ciega lleva una década como teleoperadora de Ilunion Contact Center, en Madrid
Aquí hay trabajo. Cercana y melódica (0,07 MB) suena su voz al otro lado del hilo telefónico - “Dirección General de la ONCE. Buenas tardes, le atiende Rebeca; en qué puedo ayudarle”- y así arranca la conversación con el emisor de la llamada. Ella es Rebeca González Mancebo, de 41 primaveras, madrileña y veterana teleoperadora en la empresa del Grupo Social ONCE.
“Desembarqué como teleoperadora en Ilunion Contact Center tras un largo periodo en el paro; la oportunidad laboral me ha permitido aprender todo lo relacionado con la comunicación telefónica y el trato con el cliente”, declara con satisfacción.
La Agencia de Protección de Datos, la Comunidad de Madrid y, desde noviembre de 2022, “llevando las centralitas de todos los centros de ONCE” forman parte de su periplo de cartera de clientes. “La experiencia ya es algo larga”, dice sin acritud, al tiempo que reconoce lo duro y cuesta arriba de sus inicios como teleoperadora. “Mi primera experiencia fue una campaña que combinaba la parte jurídica con la atención al ciudadano; resultó complicada para mí pero aprendí mucho. Me permitió acercarme a un mundo proceloso y complejo como es el de la protección de datos”, relata (1,87 MB).
Salvado el primer obstáculo de la inexperiencia -y cierto “desconcierto”, apunta- dio el paso hacia el entusiasmo a la hora de comunicar en ‘atención al cliente’. Y en esta misma tesitura continua.
La formación universitaria como periodista junto con un máster de radio y otro de televisión, le han dado más que tablas para afianzarse en su tarea informativa con tintes de comunicación verbal. Sin embargo, la incursión periodística en los medios de comunicación parece que se le resiste un poco más. Todo se andará, claro.
Por su carrera de marras realizó prácticas en la Agencia de noticias Servimedia, estuvo en el departamento de comunicación interna de Onda Cero Radio y presentó un programa deportivo en una emisora local de Las Rozas (Madrid). Más reciente en el tiempo se apuntó a la realización de podcast vía Internet e hizo alguna que otra colaboración solidaria con Cruz Roja para su departamento de Comunicación. Corría 2007.
Saber acercar el mensaje final al receptor o destinatario del mismo lleva su proceso y tiene su técnica. El conocimiento del medio y una dosis de instinto juegan siempre a favor. Y Rebeca, afiliada a la ONCE desde niña, lleva ventaja como teleoperadora cuando se trata de informar sobre la Organización de Ciegos. “Creo que tiene su utilidad porque no dejamos de acercar la ONCE a personas afiliadas de la Casa, que nos conocen y necesitan nuestros servicios; pero también para las personas que llaman sin conocernos y transmitimos nuestra imagen corporativa desde las centralitas de ONCE”, explica con detalle
(0,71 MB).
Dispuesta siempre a evolucionar, no para quieta ni un segundo. De hecho, prepara oposiciones para la Administración Pública del Estado y baraja compartir sus conocimientos de tecnología accesible en un nuevo podcast de carácter divulgativo (0,75 MB).
Lejos queda la niña de antaño. Se me antoja entonces un poco introvertida, quizá por su discapacidad visual que avanzó hasta la ceguera sin retorno. El maldito estrés, mientras preparaba la selectividad para el acceso universitario, fue detonante de la rotura del nervio óptico del ojo que conservaba resto visual aprovechable. “Aunque, a veces, nos parezca poco es muchísimo porque gracias a ese resto visual pude conocer los colores, tener una idea de cómo era mi ropa… ver a mi familia”, comenta con emoción (1,02 MB). “Desde entonces… a los nuevos miembros de mi familia -como mis sobrinos, que son muy pequeños- no les pongo cara”. La pausa vital es evidente, el cambio de ‘chip’ también. Poco o nada que ver con el pasado, a pesar de haber recorrido la niñez y adolescencia de la mano de la ONCE, desde los tres añitos.
“La ONCE siempre tuvo su papel importante; desde la guardería me pusieron profesor de apoyo y recuerdo trabajar con regletas de madera y unos pinchitos, que se insertaban en la regleta, para conocer las formas de las letras en braille”, rememora (1,42 MB) y su voz brilla. Luego pasábamos a leer con las ‘Cartillas de Tomillo’ -la gente de mi generación se acordará, enfatiza- y en ellas se profundizaba con las letras, seguían las palabras y… los dibujos en relieve”. La rehabilitación visual con técnicos de la ONCE le supuso aprovechar al máximo su resto visual hasta el punto de que le permitía “moverse sin bastón blanco e incluso leer con gafas de gran aumento”, declara. A buen seguro no fue fácil aceptar la nueva realidad, en plena adolescencia. Otra vez más jugaron su papel los profesionales de la ONCE. “Gracias a los técnicos de rehabilitación conseguí una readaptación completa en todas las áreas de mi vida”, refiere con agradecimiento. “Afortunadamente con la ONCE, el apoyo familiar y mi fuerza de voluntad -porqué no decirlo, añade- ha sido posible salir adelante”, afirma sin paliativos. Inquieta y curiosa desde su más tierna infancia, Rebeca se abre camino al andar. Tres objetivos se ha fijado a corto, medio y largo plazo
(0,80 MB): “seguir desarrollando mi labor en Ilunion, poder aprobar la oposición para administrativo del Estado y ¿por qué no? retomar mi sueño en el ámbito de la comunicación como periodista”.
Deseos al alcance de la mano, con tiempo y constancia. También con una buena dosis vocacional, que no le falta. “No pierdo ese gusanillo porque la vocación de comunicadora se lleva dentro”, concluye (0,15 MB).
Genoveva Benito