Los Productos de Lotería que comercializa la ONCE: la evaluación de su riesgo
Uno de los planos en los que la ONCE proyecta su acción de Juego Responsable es en la evaluación previa del riesgo de todos los productos que va a comercializar, asegurando que este riesgo está siempre dentro de unos valores adecuados para que puedan ser consumidos de una forma consciente, responsable y sin promover hábitos de juego excesivo, que pudieran ser perjudiciales para público y clientes.
En este artículo nos centramos en el diseño de los productos y una de las medidas de carácter preventivo que se realiza antes de comercializar cualquier producto. Porque los equipos de trabajo los diseñan teniendo muy en cuenta sus características para, entre otros objetivos, prevenir el juego excesivo o la incitación a hábitos de consumo desordenado.
Para ello, se utiliza una herramienta específica que tiene un estatus de rigor contrastado, al haber sido diseñada por científicos expertos en materia de psicología y hábitos de consumo.
Además, en la versión actual de esta herramienta, han intervenido otras entidades como la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, FEJAR, quien ha realizado diferentes aportaciones para mejorar la eficacia y rigor de la misma.
¿Qué aspectos tiene en cuenta esta herramienta a la hora de medir el riesgo de cada producto?
Sin ánimo de ser exhaustivos y enumerar todos los factores que se tienen en cuenta, los factores que influyen en el riesgo de un producto se pueden clasificar teniendo en cuenta diferentes planos:
- Diseño del producto.
- Forma de jugar.
- Red de distribución.
- Publicidad.
- Fin al que se dedican los ingresos.
Pero ¿cómo opera esta herramienta?
Los diferentes parámetros comprendidos en cada uno de los planos son tenidos en cuenta a la hora de desarrollar una idea comercial en forma de producto.
A los mismos no se les otorga igual importancia o peso, de forma que existe una “ponderación” de cada uno de ellos, pero además también se maneja una escala de valores del 0 al 4, siendo 0 el menor riesgo y 4 el mayor.
Cuando se diseña un producto, se tienen presente estos factores de riesgo, su ponderación y la escala de valor aplicable, arrojando un resultado final que indica el nivel de riesgo de un producto.
Si este nivel de riesgo no alcanza una determinada puntuación establecida, es que tiene poco o escaso nivel de riesgo, y entonces encuentra vía libre para su comercialización.
En el supuesto de que su puntuación se encuentre en un intervalo de puntos que sea superior al deseado, se realiza una reformulación del producto introduciendo modificaciones o cambios, que reduzcan el nivel de riesgo, incluso se puede decidir la no comercialización de un determinado producto.