Desde los primeros días de los dispositivos móviles como nuestro TPV o nuestros teléfonos móviles, las baterías han sido un componente esencial pero a menudo subestimado en el desarrollo y diseño de dichos dispositivos. A lo largo de las décadas, hemos sido testigos de una notable evolución en las tecnologías de baterías utilizadas en teléfonos móviles.

En los primeros días de los dispositivos móviles, las baterías de níquel-cadmio (NiCd) dominaban el mercado. Estas baterías ofrecían una capacidad limitada y sufrían del "efecto memoria", lo que significaba que su rendimiento disminuiría si no se descargaban por completo antes de recargarlas. A pesar de estas limitaciones, las NiCd fueron un paso crucial en la liberación de los dispositivos móviles de sus ataduras a los cables.

A medida que la tecnología avanzaba, las baterías de níquel-metal-hidruro (NiMH) reemplazaban gradualmente a las NiCd. Estos ofrecen una mayor capacidad y eliminan el problema del "efecto memoria", proporcionando una opción más eficiente y confiable para los usuarios de dispositivos móviles. La transición a las NiMH marcó un paso importante hacia baterías más robustas y duraderas.

La verdadera revolución en la evolución de las baterías para dispositivos móviles ocurrió con la introducción de las baterías de iones de litio (Li-ion). Estas baterías, a menudo más ligeras y compactas, ofrecían una mayor capacidad y eliminaban problemas anteriores, como el "efecto memoria". Su adopción generalizada llevó a dispositivos más delgados y ligeros, al tiempo que mejoraba significativamente la duración de la batería.

Aunque las baterías de iones de litio han sido una mejora significativa, la demanda de dispositivos más potentes y compactos ha llevado a desafíos continuos en términos de duración de la batería. Los fabricantes están constantemente buscando soluciones para optimizar la eficiencia energética y reducir el tiempo de recarga. Tecnologías emergentes como las baterías de estado sólido prometen abordar estos problemas, llevando la evolución de las baterías a una nueva fase.

El futuro de las baterías en los dispositivos móviles parece emocionante con la investigación en baterías de grafeno y otras tecnologías emergentes. Las baterías de grafeno prometen una mayor capacidad, tiempos de carga ultrarrápidos y mayor vida útil, lo que podría revolucionar nuevamente la forma en que utilizamos nuestros dispositivos móviles.

La evolución de las baterías en los dispositivos móviles ha sido una historia fascinante de avances tecnológicos y superación de desafíos. Desde las modestas baterías de níquel-cadmio hasta las emocionantes perspectivas de las baterías de grafeno, estas innovaciones no solo han mejorado la experiencia del usuario, sino que también han permitido avances significativos en la tecnología móvil. A medida que miramos hacia el futuro, la evolución de las baterías continuará desempeñando un papel crucial en la forma en que interactuamos con nuestros dispositivos cotidianos.

En nuestro TPV, hemos pasado de tener que cargar la baterías más de una vez al día, a cubrir toda la jornada con la batería actual y esperamos que en el futuro, además de durar más la batería, reduzca el peso de nuestro terminal.