Cada día, los millones de cupones de la ONCE que salen a las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades generan un halo de ilusión, de conversaciones, de reflexiones, de minutos de encuentro y confidencias entre nuestros “centinelas de la ilusión” y sus clientes, de esperanzas, de imaginación que vuela y vuela, de historias que arrancan en apenas un segundo. Pero no solo. Cada día, los cupones incorporan una imagen que se convierte en nuestro mejor embajador. Una imagen y un pequeño mensaje, siempre muy pegados a la realidad de la ciudadanía, que también sirven para reivindicar, para impulsar, para concienciar, para divulgar, para informar, para remover. Porque estamos hablando no sólo de cupones, estamos hablando de cupones con conciencia. Una conciencia y una imagen que se convierten en altavoz de reivindicaciones siempre sociales y siempre justas, o en reconocimiento de una labor que, muchas veces, pasa demasiado desapercibida.

Una imagen y una conciencia que nacen de la sociedad civil, puesto que gran parte de los cupones incluyen imágenes que han sido solicitadas por mil entidades, asociaciones, organizaciones de todo tipo, medios de comunicación, localidades, cofradías… 

Sólo en este último mes (y eso que febrero es más breve), los cupones de la ONCE han ayudado a conocer mejor la realidad de las personas afectadas por enfermedades raras, con el trabajo de la Federación Feder a la cabeza; a felicitar a la ONG Manos Unidas por sus 65 años de tarea solidaria; hemos gritado a favor de la igualdad y lanzado cinco millones de mensajes convertidos en cupones contra la brecha, a los que seguirán otros tanto con el Día de la Mujer, el 8 de marzo; hemos conmemorado 40 años del primer trasplante hepático en España, una labor silenciosa que salva muchas vidas; nos hemos sumado a la celebración del Día de Andalucía o a los 111 años de un equipo de fútbol como el Racing de Santander; y hasta nos ha dado tiempo para impulsar la sostenibilidad con cupones dedicados a los árboles; de mejorar el acceso al ocio hablando de nuestros pueblos, ciudades y costumbres gastronómicas; a felicitar San Valentín o a sumarnos al Día Mundial de la Radio, el medio más inclusivo para las personas ciegas.

Por si fuera poco, las imágenes del cupón incluyen mensajes que unen y ayudan a mejorar las relaciones entre diferentes ámbitos sociales. Son cupones, también para el encuentro. Así ha ocurrido con el cupón dedicado a reconocer y dar las gracias a la sociedad por el cambio del artículo 49 de la Constitución. “Gracias a vuestra ilusión somos, ante todo, personas”, dicen 13,5 millones de cupones que tachan muy fuerte y en rojo el término “disminuidos”. De nuevo esta imagen se ha convertido en embajador para ser presentado en el Congreso de los Diputados, con presencia de todas las fuerzas parlamentarias (quizás falto alguna), y en casi todos los parlamentos y asambleas regionales. En todos ellos reinó el acuerdo y el consenso, tan difícil en nuestros días, y se logró ¿saben cómo? En torno a un cupón, un cupón siempre que une y que tiene conciencia.

Porque los cupones de la ONCE son uno de nuestros mejores embajadores de marca, no ya como operador de loterías, sino como una Organización que tiene como finalidad construir sociedades mejores para todos y todas. Por si esto fuera poco, lo hacemos de la mano de otros embajadores aún más grandes, nuestros ya 20.000 vendedores y vendedoras, que constituyen la mayor columna de solidaridad mundial construida en exclusiva por personas con discapacidad (condición para poder desarrollar este empleo) y que llevan en sus manos y muy cerca del corazón todos sus productos de lotería social, segura y responsable, como no podía ser de otro modo. Y siempre, en lugar privilegiado, los cupones con mensaje, los cupones de la ilusión, los cupones de la inclusión, los cupones con conciencia.